Los socios en la central nuclear de Almaraz -Iberdrola, Endesa y Naturgy- no han llegado este martes a un acuerdo para pedir la renovación del permiso de explotación y se han citado para el 19 de marzo para volver a abordar la solicitud de licencia, que tienen que presentar antes del 31 de marzo.

La asamblea de propietarios de la central cacereña de Almaraz ha finalizado sin acuerdo después de estar reunida casi siete horas.

Entre las eléctricas propietarias de la central, participada en un 53 % por Iberdrola, en un 36 % por Endesa y en un 11 % por Naturgy, han vuelto a surgir discrepancias sobre la solicitud de renovación del permiso de explotación, pese a que todas ellas han firmado con la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) el protocolo que recoge el calendario por el que todas las centrales españolas cerrarán entre 2025 y 2035.

La asamblea se ha celebrado después de que Endesa y EDP, que tiene un participación del 15,5 % en la central nuclear de Trillo, estamparan esta mañana su firma, después de que el pasado 6 de marzo hicieran lo propio Iberdrola y Naturgy.

Según han explicado a Efe fuentes conocedoras de la reunión, Iberdrola y Naturgy querían poner condiciones en la petición de licencia, por los años recogidos en el protocolo, para los dos grupos de los que consta la central de Almaraz. Este recoge que para el grupo I el permiso se renovaría por 7,4 años, con lo que llegaría hasta el año 2027, y el grupo II por 8,2 años, con lo cual extendería su operación hasta 2028.

Según las fuentes consultadas, Endesa no ha querido aceptar esas condiciones, que son de carácter económico, como que las inversiones que haya que hacer en el periodo por el que se renueva la licencia sólo sean las recurrentes y no excesivas, ya que en las solicitudes de renovación de permisos de explotación que se han enviado en el pasado por propietarios de centrales al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) nunca se han puesto condiciones.

Lo que se enviaba era la petición de años por los que se solicitaba la renovación, que era hasta ahora por diez años, aunque luego el CSN podía otorgarlo por un plazo menor, y el órgano de seguridad nuclear era el que fijaba al dar la autorización las inversiones y revisiones que tenía que hacer la planta para poder seguir operando por ese periodo.

Si no se llegara a un acuerdo entre los socios para solicitar la nueva licencia de explotación, Almaraz, cuyo actual permiso cumple en junio de 2020, sería la segunda central nuclear que se cerraría por falta de acuerdo de las empresas que participan en una planta, que tienen que solicitar por unanimidad la renovación.

La central de Santa María de Garoña (Burgos) fue la primera que tuvo que cerrar por el desacuerdo entre Endesa e Iberdrola, después de que esta última pidiera que se desistiera de pedir la licencia, y en agosto de 2017 el entonces Ministerio de Energía decidió no renovar la autorización.