La Asociación Extremeña de Empresas Forestales y del Medio Ambiente (AEEFOR) propone a la Junta la planificación, ordenación y gestión de los bosques, incorporando su potencial de riesgo de incendios y aplicando medidas para evitarlo, como el fraccionamiento del monte para romper su continuidad y evitar su fácil combustión.

El presidente de AEEFOR, Francisco Castañares, afirma que, con el fraccionamiento de los bosques extremeños, se evitaría que las superficies forestales ocupadas, por ejemplo por pinos, tengan más de 300, 400 o 500 hectáreas continuas, "lo que acotaría el riesgo de un gran incendio".

Castañares indica que esta propuesta pasa por romper la continuidad uniforme del bosque, "fraccionando las superficies continuas con superficies intercaladas, plantando especies más resistentes al fuego, como castaños de fruto, robles o quejigos, utilizables en buena parte de Villuercas, Ibores, Hurdes, Sierra de Gata o Tentudía".

También explica que son válidas las especies de alcornoques y encinas "para todas las comarcas anteriores y además, en Monfragüe, La Siberia, La Serena y las Sierras de Hornachos y Sierra de San Pedro", aparte del olivo, "utilizable en todas las comarcas de la región".

A este respecto, señala que estas plantaciones, además de enriquecer el suelo y ser "muy productivas, sirven para plantarle cara al fuego, con claras posibilidades de éxito, sobre todo si se planifican bien y se gestionan adecuadamente".

Para llevar a efecto esta iniciativa, la superficie en cuestión debe tener un perfil "adehesado", con no más de 100 o 120 pies por hectárea, que, además, deberán ser aradas cada primavera, para despejarlas de combustible herbáceo.

La anchura mínima de estas superficies, "que podemos denominar áreas cortafuego", será aquella que garantice que no puede superarla, incluso en las peores condiciones climatológicas, "como un incendio de copas, el más destructivo de cuantos incendios pueden producirse cuando la humedad, la temperatura y el viento se sitúan en las peores condiciones".

En su opinión, con esta medida "nos encontraríamos con unos bosque más fuertes, más maduros, más productivos, mas generadores de riqueza y empleo, mucho mas ricos medioambientalmente, más seguros y, por supuesto, mucho más resistentes al fuego".

Castañares incide en que este fraccionamiento no implicará un mayor gasto público en este apartado, "pero sí una orientación diferente de ese gasto, incluso puede que un incremento inicial del gasto si se quiere acelerar la implantación de las medidas que proponemos, pero a medio plazo implicará un ahorro de costes".

En cuanto al tiempo que necesitaría la Administración regional para llevar a cabo esta iniciativa, el presidente de AEEFOR calcula que rondaría los 10 años "si empezamos ya, pero, como las cosas de palacio van despacio, me conformaría con que en 2025 fuera ya operativa esta medida en todos nuestros bosques". "Incendios ha habido, hay y habrá, pero no debemos asumir como única política para luchar contra ellos que debemos resignarnos a perder 10.000 o 20.000 hectáreas cada vez que se produce un gran incendio, cuando con esta propuesta, el número de hectáreas calcinadas no pasaría, en el peor de los casos, de 500".