La irrupción de la comunidad de Madrid en el debate sobre el agua puede adquirir un peso muy importante en los planes del Gobierno central y en especial en aquellos que afectan directamente a las reservas de agua de Extremadura. En el caso de que se lleve a cabo la petición de la presidenta madrileña Esperanza Aguirre de contar con una reserva de agua para abastecer a esta comunidad, con el fin de evitar restricciones como las del 2005, el proyecto del trasvase del pantano de Valdecañas para regar tierras levantinas incrementa sus opciones de convertirse en una realidad.

En concreto, Madrid le ha solicitado al Gobierno contar con una reserva de agua no trasvasable similar a la que Castilla-La Mancha ha introducido en el texto de su futuro Estatuto de Autonomía. Según publicaba ayer el diario El País, que cita fuentes de la negociación entre la comunidad madrileña y el Gobierno central, esta reserva de agua sólo puede estar garantizada en los pantanos de Entrepeñas y Buendía, situados en la cabecera del Tajo, en la provincia de Guadalajara.

Esta decisión afectaría directamente al caudal del trasvase Tajo-Segura, lo que supondría un motivo más para el Gobierno de acometer la infraestructura desde Extremadura, aunque por el momento la versión oficial del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino es que este proyecto "no está sobre la mesa". Pero este planteamiento se contradice con unas palabras del vicesecretario socialista José Blanco pronunciadas hace una semana durante un encuentro con simpatizantes del partido en Alicante, en las que hizo referencia al trasvase desde Extremadura como solución a la fecha de caducidad del Tajo-Segura, prevista para el 2015, que contempla el texto del nuevo Estatuto de Castilla-La Mancha.

Este diario se puso ayer en contacto con el Ministerio de Medio Ambiente para conocer la certeza de las informaciones que publica el citado diario de tirada nacional, pero no obtuvo respuesta alguna. Entretanto, la Junta de Extremadura mantiene a día de hoy el mismo discurso que hace una semana, cuando su presidente, Guillermo Fernández Vara, fue preguntado por las palabras de Blanco. "Oficialmente no tenemos constancia de que se vaya a hacer ningún trasvase desde Valdecañas", comentaron ayer fuentes del Ejecutivo regional, que mientras no ocurra lo contrario no quiere "entrar en un debate que, para nosotros, no existe, y que está basado en especulaciones".

Por lo tanto, la postura del Gobierno extremeño sobre este asunto mantiene abierta la puerta a un debate sobre el futuro del agua en el conjunto del país para no entrar en contradicción con su discurso territorial, pero siempre con el interés de los extremeños como límite.