Luis Fernández trabaja en Estrella de Barros, una empresa ficticia dedicada a la producción y comercialización de vinos en Almendralejo. Tiene 24 años y estudió Empresariales. No encontraba empleo y decidió participar en el proyecto Empresas de Experiencia de Extremadura, una iniciativa que ha permitido a unos 2.000 jóvenes como Fernando y a otras personas desempleadas de la región hacer prácticas laborales en ocho empresas creadas solo para este fin y que ahora corre el riesgo de desaparecer tras los recortes presupuestarios del Gobierno central.

El proyecto, propuesta por la Junta y ejecutado por la Confederación Regional Empresarial de Extremadura (Creex) se puso en marcha con los fondos del Plan Integral de Empleo del Ejecutivo nacional, un plan que este año desaparece de los Presupuestos Generales del Estado y que por tanto, hace que proyectos como el de las Empresas de Experiencia, que cuenta con capital para mantenerse hasta junio, corran el riesgo de desaparecer.

El secretario general de la Creex, Juan Manuel Arribas, explicó ayer a este diario que "ante la imposibilidad" de reanudar el convenio de financiación con el Gobierno central, esta institución y el Servicio Extremeño Público de Empleo (Sexpe) estarían buscando nuevas líneas de apoyo económico para mantener la iniciativa en el tiempo, "un proyecto pionero que ha tenido un éxito tremendo".

Según los datos aportados por la Consejería de Igualdad y Empleo, desde que se pusiera en marcha la iniciativa y hasta el año pasado, unos 2.000 extremeños habían participado en el programa, de los que al menos un 50% --en algunos casos, hasta el 80%--, han podido incorporarse después al mercado laboral para trabajar en ámbitos relacionados mayoritariamente con la contabilidad y la administración de empresas.

"Estamos en crisis y es importante que las personas se formen para conseguir óptimos niveles de inserción con el mundo empresarial", señala Arribas. El secretario explicó además que mientras participan en el proyecto, es más fácil que los alumnos encuentren empleo, puesto que la empresas pueden obtener información suficiente del perfil de cada uno de ellos a través del Sexpe y la Creex.

Para Fernando ha sido una experiencia muy positiva. "Te da la oportunidad de formarte con cierta tranquilidad, porque si cometes errores no te van a despedir, puedes rectificar y aprender de tus fallos", dice.

En total, son ocho las empresas experiencia que se mantienen abiertas actualmente (en un principio, fueron 20, pero se recortaron dada la situación económica). Según Miguel Garabou, uno de los responsables de la entidad ficticia de Almendralejo, cada una de ellas se organiza en dos departamentos: el de administración y el comercial. Los alumnos van rotando por ambas partes para tratar desde la gestión de mercancías, labores de compra-venta, catálogos, facturas, albaranes, trato con proveedores, etc. Todo ello en una empresa ficticia y en un mercado ficticio creado simplemente para que los jóvenes --y a veces no tanto-- aprendan de forma práctica cómo funciona una empresa.

"En Almendralejo hemos tenido desde jóvenes de 18 hasta personas de 47, todos con la intención de formarse para poder encontrar un trabajo", concluye.