El portavoz de la Comisión Permanente del PSOE de Extremadura, Francisco Fuentes, afirmó ayer, acerca de la denominada deuda histórica del Estado con la región, que su partido no quiere "limosnas" sino que prefiere que "el Gobierno central acompañe en el esfuerzo que toda la sociedad extremeña hace para transformar la sociedad".

Fuentes explicó que, ante de recibir este tipo de recursos de manos del Estado, es mejor que la comunidad autónoma cuente con el respaldo económico del Gobierno central, de que dijo que ya lo presta, para desarrollar proyectos de desarrollo como la dotación de infraestructuras como la construcción de la Autovía de la Plata y el tramo extremeño del tren de alta velocidad (TAV) Lisboa-Madrid.

El Ejecutivo central también apoya a Extremadura en otras cuestiones importantes como la creación de puestos de trabajo de y de empresas, todo mediante el Plan Especial para la región.

En este sentido, dijo que desde el 2004, desde que gobierna el PSOE, Extremadura es una de las tres primeras regiones en materia de inversiones estatales, cuando entre 1996 y 2004, con ejecutivos centrales del PP, la región se hallaba "a la cola" en esta cuestión. Recordó Fuentes que en aquellos años el PP extremeño "no hizo nada" para hacer frente a este hecho.

Por su parte, el diputado del PP César Díez Solís exigió al Gobierno extremeño que, "en el plazo de un mes", "cuantifique" la denominada deuda histórica del Estado con la comunidad autónoma, que ha cifrado en un mínimo de 300 millones.

Según Díez Solís, es preciso que en ese lapso la Junta de Extremadura determine la cifra final de la deuda histórica, que, subrayó, debería ser un mínimo de 300 millones de euros, tal como aprobó en 1998 el pleno de la Asamblea regional, agregó.

A su juicio, una comisión mi bilateral entre el Estado y la comunidad autónoma debería analizar esta cuestión al margen de que se reforme o no el sistema de financiación autonómica.