El pueblo de Quintana de la Serena se ha volcado con la familia Carmona González en la búsqueda de la joven Encarnación, un apoyo que su padre Inocencio agradecía ayer emocionado, aunque entero. Incluso tuvo palabras de agradecimiento a todos los medios de comunicación que se han hecho eco de la noticia y, sobre todo, para la Guardia Civil por la labor que está desempeñando desde que desapareció.

Aunque la esperanza no la pierden, la desesperación y la desilusión se están apoderando de todos. Un sentimiento que el alcalde calificó ayer de "frustración porque salimos muy ilusionados en su búsqueda, pero cuando vuelves con las manos vacías, uno se hunde".

Su abuela, una anciana con el mismo nombre de pila que la joven desaparecida sólo pedía "que aparezca y que todo esto acabe en un susto". Su marido, Benito Carmona, permanecía silencioso entre el bullicio de los vecinos y familiares congregados en la casa para dar apoyo y ayudar en la búsqueda de Encarnación.

La abuela coincide con su nuera María Teresa González en afirmar que es la primera vez que Encarnación desaparece. "Nunca sale de casa, ni aquí ni en Ciudad Real, sólo para hacer los recados de compra que le hace su madre a veces", insiste su abuela.

La última pista

La única pista que se tiene es la que dio Inés Tejado Cáceres, una vecina que fue la última que persona que la vio antes de desaparecer. No recuerda muy bien la hora, aunque asegura que fue en torno a las cinco de la tarde. "La vi bien, como siempre. La saludé llamándola Encarnita, pero no me contestó. No le dí importancia porque como venían de viaje y hacía tanto calor, pensé que venía cansada. Luego me metí en casa", explica.

Fue en la puerta de su casa, mientras bajaba las cosas del coche. Su madre entró en la casa a guardar las maletas cuando al salir, se encontró el maletero abierto y dos garrafas de agua en el suelo. Su hija no estaba. Desde entonces no se ha vuelto a saber nada. Otro vecino, Angel García fue uno de los primeros en movilizarse junto a la familia. "Se ha registrado todo, buscado en todos sitios, pero nada. No nos explicamos que no haya rastro ni que nadie la haya visto", indicaba ayer en la harinera, adónde había acompañado al padre de Encarnación, sus hijos y la Guardia Civil.

Ayer las labores de búsqueda continuaban. La ayuda no tenía edad y colaboraron desde los más veteranos hasta los más jóvenes. Es el caso de Rafael Algaba, un joven de 16 años que también participó en las labores de búsqueda. Explica que era la Guardia Civil quien les organizaba por grupo de unas 20 personas para que, juntos, inspeccionaran zonas concretas.

Con este sistema, en la tarde de ayer se dieron dos falsas alarmas, una por parte de un pastor, y otra de un voluntario. En ambos casos creyeron haber visto a una persona con las características de Encarnación. Pero fueron falsas esperanzas, indicó el capitán de la Guardia Civil de Villanueva de la Serena, encargado de la coordinación del dispositivo.