Cuando Almaraz, que produce el 25% de la energía nuclear española, pierde temporalmente uno de sus dos pulmones por una avería, deja de ingresar dos millones de euros diarios. Gran problema. Eso es lo que ha ocurrido en el último mes con la Unidad II de la central nuclear cacereña. Uno de sus dos generadores diésel salió ardiendo el 3 de mayo y desde entonces, el nerviosismo entre los propietarios y la dirección de las instalaciones ha alcanzado cotas preocupantes, según reconocen fuentes de la nuclear. Los pasillos y los teléfonos echaron chispas durante las tres semanas de parón, hasta que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) --la máxima autoridad en esta materia-- decidió el 27 de mayo dar luz verde a la central para arrancar su segundo reactor sin uno de sus dos generadores operativo, cuyo motor sigue siendo reparado en Francia.

Entre el 3 de mayo y el 5 de junio --fecha en que Almaraz II reinició su actividad--, Iberdrola, Endesa y Fenosa --los dueños del complejo-- han dejado de ingresar 60 millones de euros por la electricidad que no han generado y facturado, según estimaciones del sector energético. Almaraz defiende que su seguridad es total, pero el percance ha abierto un gran debate en Extremadura sobre la frontera entre la productividad y la seguridad de un centro de estas características.

Cuatro grupos ecologistas consultados por EL PERIODICO EXTREMADURA denuncian que la inseguridad de la central se multiplica funcionando sin uno de sus generadores titulares --lo está haciendo con seis pequeños aparatos autónomos-- y sostienen que el CSN ha defendido más los intereses económicos de los propietarios de Almaraz que su seguridad. Además, recalcan que el problema concreto del generador viene a sumarse al defecto endémico del sistema de refrigeración de la planta. "Ha demostrado ser insuficiente en verano y sigue sin estar reparado; es una auténtica chapuza", aseguran Francisco Castro y Pablo Ramos, de Ecologistas en Acción.

La dirección de Almaraz defiende que la avería en el generador no afecta para nada a la seguridad de la central y que ésta puede funcionar sin problemas, de forma temporal, sin uno de ellos, como lo demuestra que el CSN haya autorizado esta alternativa técnica.

De la misma forma, expertos en energía consultados por este diario aseguran que la nuclear no corre el más mínimo peligro funcionando sin esta pieza, máxime teniendo en cuenta que el sistema de generadores que lo sustituye tiene el beneplácito del Consejo de Seguridad.

El análisis ecologista de la situación tiene todas las tonalidades. Adenex, Greenpeace, Ecologistas en Acción y Kaerques coinciden en acusar al CSN de doblegarse ante la presión de la dirección de Almaraz y del dinero.

Según Adenex y Greenpeace, la central funciona en la actualidad "violando sus propias normas de seguridad". Además, alertan de que la decisión del CSN de permitir que reinicie su actividad en estas condiciones ha sido "muy conflictiva" dentro del propio organismo ya que había quien consideraba que dar vía libre a Almaraz no tenía justificación desde el punto de vista técnico. De hecho, han pedido las actas de la reunión.

LA FUERZA DEL DINERO

Ambas organizaciones ecologistas sitúan en su punto de mira a Iberdrola, propietaria de la central junto con Endesa y Fenosa, que habría estado presionando al CSN para que autorizara su arranque lo antes posible.

El motivo de su presión, según estiman los grupos ecologistas, es que la central habría dejado de ingresar hasta julio decenas de millones de euros por venta de electricidad durante la reparación del generador.

Ecologistas en Acción tampoco escatima acusaciones. Arremete contra el CSN por su "sumisión frente a los deseos de los explotadores" de Almaraz, al aceptar la puesta en marcha sin reparar antes el generador. Pablo Ramos y Francisco Castro, representantes de este grupo conservacionista, exigen a los gobiernos español y extremeño que clausuren la planta en el "plazo más breve posible" porque "amenaza y cada vez preocupa más a todos los extremeños", y eviten así que los intereses económicos "puedan poner en peligro la vida y la salud de los extremeños". Ecologistas en Acción critica estas medidas que se toman, en su opinión, "exclusivamente para poder poner en funcionamiento la central lo antes posible, sin aguardar a las largas reparaciones necesarias en el generador incendiado".

Esta agrupación sostiene que a pesar de lo afirmado por el CSN, el sistema de generadores que sustituye al generador original "no dota a la central del mismo nivel de seguridad que tenía antes del incendio". La prueba de que este organismo no confía plenamente en la seguridad de la solución adoptada es que, además de la sustitución, el CSN ha arbitrado una serie de medidas para que no se realicen operaciones de mantenimiento en las líneas de alta tensión que conectan la central con la red energética.