Las acumulaciones o encharcamientos de agua, crean el universo perfecto para el desarrollo y reproducción del mosquito tigre cuyas larvas se reproducen con mayor facilidad a medida que suben las temperaturas. Sin embargo, se diferencian del mosquito común, cuya picadura no generan más que simples molestias, en que esta especie sí que es una importante transmisora de enfermedades tropicales, como el Dengue o el Zika. Según la doctora Victoria López Calatayud, alergóloga de un hospital valenciano, «las reacciones son similares a las provocadas por el mosquito común pero las del mosquito tigre son, normalmente, picaduras múltiples y mucho más dolorosas, debido a que hay mayor inflamación de la piel y requieren más días para su curación total. Pueden picar en cualquier parte del cuerpo, pero sobre todo en las piernas. Excepcionalmente, en pacientes alérgicos al veneno podría aparecer urticaria generalizada, e incluso shock anafiláctico». El veneno de su saliva inyectado en la piel genera una reacción local ya que contiene proteínas que el sistema inmunitario del huésped ve como sustancias extrañas.

En cuanto a las medidas que debe tomar la población para prevenir las picaduras de estos incómodos visitantes, la doctora López incide en utilizar, ante todo, el sentido común y aplicar medidas idénticas a las que tomamos con los mosquitos comunes.

En el caso de que el mosquito burle las medidas preventivas, y se produzca una picadura «debemos evitar el rascado en la medida de lo posible, aplicar hielo durante 10-15 minutos para bajar la inflamación y evitar que se expanda el veneno. Si acudimos a Urgencias seguramente nos prescriban antihistamínicos orales, corticoides o antisépticos tópicos.