«Con la iglesia hemos dado, Sancho». La mítica frase del Quijote de Cervantes resuena con fuerza en la cabeza de algunos vecinos del municipio pacense de Capilla, de apenas 188 habitantes, que desde hace algún tiempo viene arrastrando problemas y enfrentamientos con el párroco local, don Francisco. Le acusan de «predicar más política que religión» desde el púlpito, apropiarse en exclusiva del uso de la iglesia de Santiago y «enfrentar» a unos contra otros. La situación es tal que un vecino que falleció hace 15 días se negó casi en su lecho de muerte a ser enterrado por este párroco. Y según sus familiares, no va a ser el único.

«Ya estamos hartos, nos está enfrentando a unos contra otros y vamos a ir donde haga falta para pedir su sustitución, porque esto no es normal», asegura la alcaldesa de Capilla, Alfonsa Calderón. Desde el municipio ya han denunciado la situación a la Archidiócesis de Toledo, que reconoce haber recibido las quejas a través del vicario de zona y alega que el caso «está en estudio». Pero Capilla no es la única. También en Garlitos y El Risco se han recogido algunas quejas por el comportamiento del mismo párroco, si bien la problemática no es tan acuciante como en Capilla.

Una de las afectadas, que incluso recurrirá a Roma, es Mari Carmen Salguero. Su padre, fallecido hace 15 días a los 78 años y aquejado de cáncer, se negó a que don Francisco oficiara la misa de su entierro. Desde el ayuntamiento trataron de que el cura de Peñalsordo dijera la misa, pero don Francisco «se negó a que otro sacerdote entrara en su iglesia» y el de Peñalsordo tampoco quiso en solidaridad con su compañero. Ante esta situación, a Mari Carmen, que reside en Madrid y es donde su padre pasó los últimos días, no le quedó más remedio que oficiarle una misa en el tanatorio donde le velaron en la capital y llevarle directamente al cementerio de Capilla, donde sus allegados rezaron un rosario.

Ahora, afirma, tiene clavada la espinita de que su padre «no pudo salir de la iglesia que él tanto quería». «Esto para una persona cristiana es muy fuerte», afirma Mari Carmen. Asegura que el problema entre su padre y el sacerdote es que tuvieron un enfrentamiento porque en una ocasión le dijo que «él, como párroco, debía limitarse a hablar de la palabra de Dios y no a ser crítico con las personas de otro partido político. Sus actitudes no corresponden al comportamiento de un cura», afirma la afectada. Mari Carmen expondrá una queja al Arzobispado de Toledo y al Vaticano. «A mí y a mi padre no nos va a servir de nada, pero sí puede ayudar a otros que allí viven», dice.

Convivencia «difícil»

La alcaldesa del municipio, Alfonsa Calderón, explica que el sacerdote en cuestión, de mediana edad, lleva 11 o 12 años en los municipios de Garlitos, Capilla y El Risco. Afirma que la convivencia con él siempre ha sido «difícil», pero la situación se agravó especialmente tras las elecciones municipales del año 2015, cuando el PP se hizo con la alcaldía. «Ya estamos hartos», asegura la regidora, que también explica que el párroco se niega por ejemplo a celebrar cualquier actividad en el interior de la iglesia a pesar de su interés cultural (es una antigua mezquita). Entre ellas las visitas en el marco de las jornadas locales de patrimonio.

Desde la Archidiócesis de Toledo, el jefe de la Oficina del Arzobispado, Juan García, confirma que han tenido conocimiento del caso a través del vicario de Talavera y que en estos momentos «está en estudio». Este diario ha intentado además hablar con don Francisco en las parroquias que regenta para conocer su versión de los hechos, pero no ha sido posible localizarle.