10 diputados y 10 senadores. Son la representación de los extremeños en las Cortes Generales. Durante cuatro años se ocupan de defender ante el Gobierno central los intereses de la región y también de servir de enlace ante Madrid para esas cuestiones demasiado nimias para la capital pero que pueden ser fundamentales en la vida de pequeñas localidades o colectivos de Extremadura.

Trabajar para el territorio, pivotando entre su circunscripción y las cámaras de la carrera del San Jerónimo o la calle Bailén, con el gobierno o frente a él según el caso, parece ser la consigna de una tarea que no siempre se visibiliza sobre el terreno. ¿Qué hacen realmente los diputados y senadores extremeños? ¿cómo desempeñan ese trabajo? ¿influye en su tarea si forman parte del partido en el gobierno o en el de la oposición? «Hay mucho más trabajo del que se ve cuando aparece en televisión la imagen del hemiciclo», coinciden en señalar todos los consultados por este diario en ambas cámaras.

Recurriendo únicamente a los datos, la conclusión sería que los más prolíficos de cada legislatura son los diputados y senadores que forman parte de la oposición. Cuando se alcanza el ecuador del ciclo que arrancó en 2016, los diputados extremeños del PSOE suman 896 iniciativas parlamentarias, frente a las 257 de los del PP. La única diputada de Unidos Podemos por Extremadura, Amparo Botejara, ha registrado 44 en este tiempo. En el caso de la Cámara Alta, los tres senadores socialistas por Extremadura acumulan 1.320 iniciativas, frente a las 51 de los siete senadores extremeños del PP, según los números hechos públicos por ambos órganos.

Analizando cada caso, destacarían las cifras del diputado del grupo socialista por Cáceres César Ramos, que ha presentado en lo que va de legislatura 340 iniciativas en la Cámara Baja, casi el triple que Víctor Píriz, diputado por la provincia de Badajoz que registra mayor actividad parlamentaria en el mismo periodo (132), aunque Píriz tomó posesión dos meses después que el resto, en sustitución del fallecido Alejandro Ramírez del Molino. La diferencia es aún mayor en el caso del Senado, donde el parlamentario por Badajoz del grupo socialista Juan María Vázquez ha registrado 734 iniciativas por las 18 que firma el senador extremeño que más actividad parlamentaria acumularía en el grupo del PP, el cacereño Laureano León.

Según las cifras relativas al número de preguntas orales, escritas, solicitudes de comparecencia, solicitudes de informes y peticiones para crear comisiones, a la cola estarían el diputado del PP Carlos Floriano, al que no le figura ninguna actividad parlamentaria en su ficha del Congreso, o el senador del PP Antonio González, del que tampoco consta actividad en su ficha de la cámara.

Control al Gobierno

Pero los números dan solo una idea parcial de ese trabajo, que no se limita al parlamento, que difiere entre gobierno y oposición y al que se suman en ocasiones otras responsabilidades dentro del partido o en otras instituciones locales o regionales, como matiza el propio Vázquez. «Yo soy solo senador, no tengo actividad política, ni orgánica, ni institucional (otros sí), pero hay compañeros que trabajan muchísimo en labores orgánicas o institucionales fuera del Senado», defiende (por ejemplo, su compañero Rafael Lemus es además diputado por Badajoz en la Asamblea). Vázquez es senador y portavoz del grupo socialista en Hacienda y Administraciones Públicas, lo que le otorga además un mayor protagonismo en temas como la tramitación de los presupuestos, y que además añade su firma a cada una de las iniciativas que registra el grupo socialista sobre ese área (consultando su actividad en la cámara aparecen iniciativas de interés para la provincia de Badajoz, pero también para otras como Burgos o Álava).

Es similar a lo que sucede también con el diputado César Ramos, que es además el portavoz de Fomento del grupo socialista en el Congreso, lo que le permite tener más actividad, tanto por la defensa de los intereses territoriales, con la reivindicación del ferrocarril en Extremadura como telón de fondo, como por liderar un área especialmente activa. «Es la comisión que más iniciativas tiene registradas, con mucha diferencia sobre las otras, y la sección de los presupuestos que más enmiendas acumula», reconoce el diputado. Además, él como portavoz del Fomento tiene que dar el visto bueno a todas las iniciativas que el resto de diputados de su grupo formulan sobre ese área dentro de la tarea de control al Gobierno, y de fijar la posición el grupo en este ámbito, lo que constituye el grueso de su actividad. «Pero no todo, también estamos para servir de enlace con el gobierno y para recoger las reivindicaciones que colectivos quieren trasladar al gobierno», dice.

Las Cortes Generales están formadas por el Congreso de los Diputados y el Senado. Ambas Cámaras representan a los españoles, atesoran la potestad legislativa del Estado, aprueban los presupuestos y controlan la acción del Gobierno.

El Congreso lo componen 350 diputados entre los que hay 10 extremeños: seis por la provincia de Badajoz y cuatro por Cáceres (5 del PP, 4 del PSOE y uno de Unidos-Podemos). En cuanto al Senado, son cuatro por cada circunscripción y otros dos designados por la Asamblea de Extremadura (7 del PP y 3 del PSOE en total).

Unos y otros tienen un sueldo base de 2.842,01 euros (a los que se pueden sumar distintos complementos en función de los cargos que ostenten) e idénticas atribuciones como diputados o senadores independientemente de que las siglas que representen estén a un lado u otro del hemiciclo, aunque cómo las desarrollan en cada caso varía en función de si forman parte del gobierno o de la oposición. Por eso, según corroboran algunos de los consultados, es común que la actividad de los parlamentarios en los grupos de la oposición sea más destacada atendiendo a las iniciativas que se dirigen a las cámaras.

«Influye, pero no debería ser tanto», según César Ramos (PSOE). Sin embargo la distancia entre gobierno y oposición se pone de manifiesto en el archivo del Congreso de los Diputados. Si ahora son los diputados socialistas los que lideran las iniciativas parlamentarias, durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), entre 2008 y 2011, lo hacían los del PP, entonces en la oposición. En ese periodo, por ejemplo, Carlos Floriano (PP) presentó 458 iniciativas, frente a las 23 de la diputada socialista por Badajoz, Soledad Pérez (en la legislatura en curso lleva 175 ) o las 16 del diputado por Cáceres Carlos Trujillo.

«Cuando estás en la oposición tienes carta blanca para proponer, preguntar o cuestionar la gestión del Gobierno, pero cuando estás en el Gobierno, eres un diputado que representa las siglas del partido que está marcando las políticas», defiende Víctor Píriz (PP). En esa cuestión ahonda también Laureano León. «Si yo estuviera en las oposición tendría que controlar al Gobierno, instarle públicamente; y presentaría muchas iniciativas encaminadas a esas cuestiones. Pero como represento al Gobierno, lo que hago son muchas gestiones con el Gobierno para atender asuntos que interesan al territorio que represento; la mayoría no son gestiones públicas y cuando se hacen públicas es con la autoría del Gobierno, no con la autoría del representante del Gobierno que la ha llevado a cabo. Por ejemplo, el tercer juzgado de Navalmoral de la Mata, se ha conseguido gracias a la gestión de dos senadores, que hemos sido Rafael Mateos y yo, pero ese trabajo no se ve».

Dentro y fuera de la cámara

Dentro del trabajo parlamentario, las preguntas (orales o escritas) permiten a los diputados de la oposición obtener información y controlar la gestión del ejecutivo. Es una tarea casi rutinaria frente a otras que exigen más dedicación, como las ponencias en las iniciativas legislativas (defender la posición de un grupo parlamentario en un asunto concreto), pero que permite a la oposición «centrar la atención en un tema», reconoce Ramos. Los diputados del gobierno pueden prescindir, sin embargo de esa tarea.

«Yo no necesito introducir una pregunta sobre cuántas becas han concedido a los universitarios extremeños porque puedo acceder al ministro y preguntarle directamente por ese asunto, pero entiendo que esa facilidad no la tienen desde la oposición», reconoce Laureano León.

«Cuando estás en el Gobierno tienes una misión esencial que es apoyar las políticas del gobierno y mucha más facilidad para acceder a la información», resume Carlos Floriano, diputado en el Congreso desde hace una década. Esa tarea de gobierno es la que sitúa como la clave de que su hoja de actividad parlamentaria figure en esta legislatura blanco y en las dos anteriores, bajo el Gobierno del PP, con una decena de iniciativas. Diputado por Cáceres desde 2008, Floriano es desde 2016 portavoz adjunto del grupo del PP en el Congreso, responsable del área económica de su grupo parlamentario, integrante del comité de dirección del Ministerio de Economía y miembro de la junta de portavoces en el Congreso.

«Hay mucho trabajo que no se ve. Y por ejemplo, fijar la posición de las perspectivas de España ante el Fondo Monetario Internacional no es una intervención que se prepare en una mañana», defiende sobre el trabajo que lleva a cabo más allá de la tarea legislativa en la cámara y paralelamente a la labor territorial (esta última es la que todos enfatizan). En el caso de sus señorías en la oposición, para acompañar a sus alcaldes, portavoces o colectivos en la reivindicación al Gobierno de las cuestiones que les afectan; y en los parlamentarios del Gobierno, para mediar en la consecución de asuntos de interés para los suyos, ya sea la rehabilitación de la catedral de Coria o de la muralla de Cáceres. «Lo hace el Gobierno, porque ha habido senadores y diputados que han hecho su trabajo en Madrid», dice Floriano.