Jesús Cabrera se marchó el 13 de marzo de Badajoz con lo puesto, un par de sudaderas y algunos apuntes. «Cuando dijeron que se iba a decretar el esto de alarma, me fui a mi casa a Córdoba». Todavía no sabía que las clases presenciales en la Universidad de Extremadura, donde estudia Comunicación Audiovisual, se acabarían suspendiendo. «Nos dijeron que sería cosa de dos o tres semanas, pero no pensé que llegaríamos a esto. Lo tengo todo en el piso de Badajoz». Y de momento no puede ir a recoger nada.

Con el visto bueno del Ministerio de Educación, la Delegación del Gobierno autorizó a los universitarios desplazarse a sus pisos o residencias para recoger sus pertenencias solicitando un permiso a la Universidad de Extremadura y justo cuando Jesús estaba pendiente de respuesta, el Ministerio reculó y suspendió esta posibilidad de desplazamiento en pleno confinamiento. «Así que nada, me quedé sin poder ir».

Lo peor es que algunos de ellos no se llevaron libros, apuntes ni el portátil y ahora les es más complicado seguir las clases telemáticas. «Eso le ha pasado a mi compañera de piso», cuenta Carla Delgado, de Torre de Miguel Sesmero, que estudia Derecho y ADE en Cáceres. Ella fue de las aventajadas y consiguió el permiso para desplazarse. «En cuanto nos comunicaron la posibilidad lo pedí y fui a recogerlo todo, pero mis compañeras ya no».

GASTO / Además de los trastornos por no poder tener a mano tus pertenencias, esta situación también genera un gasto innecesario. Es cierto que ya contaban con ello, pero aún sin estar haciendo uso de sus pisos de estudiantes, seguir pagando o no el alquiler es una cuestión que depende de cada caso. «Hay de todo, gente que sigue pagando la totalidad del piso, otros a los que se lo han rebajado a la mitad, otros a los que se les ha perdonado algún mes y otros a los que les han dicho que si quieren dejar de pagar tienen que recoger sus cosas, pero no pueden desplazarse», cuenta Hernán Álvarez, portavoz de la Coordinadora Estudiantil de Badajoz. Y esa es la paradoja. «Urge que la gente pueda ir a por sus cosas, la Junta nos dijo hace una semana que se estaba trabajando en ello, pero no nos dio ninguna fecha».

¿Qué dice la ley? «En virtud del artículo 11 de la Ley de Arrendamiento Urbano todos los contratos de arrendamiento destinados a estudiantes que tengan una vigencia de un año o menos y que estén firmados con anterioriodad o incluso el 1 de septiembre, es decir la gran mayoría, se pueden resolver a los seis meses. Desde el 31 de marzo se podrían rescindir y en ese caso los estudiantes solo tienen la obligación legal, que por supuesto es pactable con el propietario, de indemnizarle con una mensualidad de renta», señala Francisco Marroquín, presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Cáceres, al que no le constan muchas quejas de estudiantes (solventan dudas a través de coapicaceres@gmail.com). «En colaboración con el ayuntamiento ofrecimos un modelo de contrato que ya recoge la rescisión a los seis meses y creo que será por eso», señala.

No obstante, reconoce que el problema ahora es la imposibilidad de desplazarse a vaciar la vivienda. «La declaración del estado de alarma y las restricciones no impiden al arrendatario disfrutar de la posesión de una vivienda. Al revés, se intenta garantizar, por eso han paralizado desahucios», precisa Marroquín, partidario de alcanzar un pacto con el propietario al tratarse de cantidades bajas. Y es lo que han hecho muchos universitarios como Carla o Jesús, que desde abril están pagando la mitad de su alquiler. «Entiendo la situación de la casera, pero es que no estamos haciendo ningún uso de la vivienda, así hablamos con ella y lo más justo era pagar la mitad. Somos cuatro compañeras, cada una pagaba 130 euros y ahora, 65», cuenta Carla, que pudo recoger sus cosas.

También lo ha hecho María Jesús García, estudiante del Máster del Profesorado en Cáceres y ha logrado rescindir su contrato. «No quería estar pagando en balde, porque además es mi último año en Cáceres, así que en cuanto nos dijeron que podíamos desplazarnos pedí el permiso a la UEx y fui a por todo. En mayo ya no pago piso pero en abril sí aboné la mitad», dice la joven de Aceuchal.

DUDAS / Esta situación no afecta solo a los universitarios, hay alumnos de Formación Profesional en la misma tesitura, como Álex Amo. Es de La Morera y estudia en el IES García Téllez de Cáceres un ciclo de automoción. «Me enteréde que había un correo de la delegación del Gobierno al que podíamos pedir permiso para desplazarnos y escribí. Me respondieron el 4 de mayo negándome viajar porque habían recibido demasiadas peticiones», cuenta Álex, que también tiene un acuerdo con su casero y paga la mitad del alquiler más gastos. «Lo próximo que voy a hacer es hablar con la Guardia Civil, necesito ir a recoger mis cosas», dice.

Siguen con dudas sobre cuándo volverán a sus pisos y también sobre el final de curso. «Nos han mareado desde el principio y siguen; hay incertidumbre y malestar entre los estudiantes, no han informado bien», concluye Álvarez.