La historia es caprichosa. Mientras los socialistas reivindicaban ayer sin éxito el debate conjunto de las enmiendas a la totalidad presentadas por ellos y por IU, justo hace 15 años, el 12 de diciembre de 1996, el PP e IU votaban conjuntamente sus propuestas echando para atrás las cuentas presentadas por el Gobierno en minoría de Rodríguez Ibarra, que las prorrogó en 1997 al no presentar otras nuevas.

Entonces, como ahora, la discusión era cómo ordenar el debate de enmiendas a la totalidad. Los protagonistas también eran PSOE, PP e IU. El 11 de diciembre de 1996 la Junta de Portavoces estableció que la votación de las enmiendas a la totalidad seguiría el mismo sistema que el año anterior, es decir: primero la de IU y luego la del PP. Ningún grupo se opuso y el orden del día quedó aprobado. Pero un día después, cuando ya cada grupo proponente había defendido su enmienda y llegaba la hora de la votación, la presidenta de la Asamblea, Teresa Rejas, de IU, anunció que dos grupos habían pedido alterar el orden del día. El receso duró veinte minutos, durante los cuales los portavoces y diputados curiosos discutieron alrededor de la mesa de presidencia el procedimiento a seguir. IU había planteado en reiteradas ocasiones que ya que las dos enmiendas coincidían en el objetivo, su votación podía ser conjunta. Pero como en la Junta de Portavoces no se aprobó, la coalición decidió que votaría la enmienda del PP, aunque los populares no votasen la suya.

Sin embargo, en el PP no estaban dispuestos a hacerlo. El entonces líder de los populares extremeños, Carlos Floriano, dijo un día antes que cabía la posibilidad de apoyar la enmienda de IU, que se votaba primero, pero un día después dijo que su grupo había decidido dar el voto sólo a su enmienda y no a la de IU. Pero no fue necesario que ninguno de los grupos manifestase el apoyo al otro porque la presidenta, haciendo uso de la facultad reconocida en el Reglamento y en base a la homogeneidad de los textos, aceptó la votación conjunta, decisión que el PSOE calificó como una opción partidista.

Por tanto, las enmiendas a la totalidad presentadas por PP e IU fueron fundidas en una sola, a petición de estos dos grupos parlamentarios y salió adelante con sus votos, la abstención del grupo Mixto y el voto en contra de los socialistas, que acusaron a los dos grupos de la oposición de utilizar el presupuesto como "elemento de desgaste y erosión del presidente de la Junta".

Tal fue la situación que hasta el propio Rodríguez Ibarra, antes de la votación de la enmienda conjunta a la totalidad, salió al estrado para lanzar una oferta a la oposición que impidiese la devolución del proyecto. El entonces presidente extremeño ofreció a la oposición que presentase cuantas enmiendas parciales quisieran, aunque modificasen los estados financieros, y aquellas que obtuviesen el respaldo de la mayoría se incluirían en el nuevo proyecto que presentase la Junta. Sin embargo, no contó que el visto bueno de PP e IU.

Es curioso como entonces tanto IU como el PP reprocharon al Ejecutivo socialista que se haya olvidado de que gobierna en minoría y se haya atrevido a llevar el proyecto a la Cámara sin ser negociado, justo la misma crítica que ahora hace el PSOE y repite IU.