La organización de bodas múltiples coincidiendo con alguna fecha fetiche en el calendario es algo a lo que están acostumbrados en algunos países asiáticos. Ante la previsión de que va a haber numerosos casamientos ese año, se anima a hacerlo el mismo día y en el mismo lugar, a veces con la intención de batir un récord Guinnes. Una de las últimas propuestas de este tipo se llevó a cabo en China, donde el 8 es su número de la suerte, por lo que el 8 de agosto de 2008, se trató de reunir a 2008 parejas para darse el sí, quiero . En un país con 1.300 millones de habitantes no fue difícil alcanzar esa cifra. Sin embargo, reunir el mismo día a quince novias en un pequeño pueblo de alrederor de 700 habitantes, estadísticamente resulta mucho más complicado, pero no imposible.

En Los Guadalperales (Badajoz) lo han conseguido, aunque estas quince novias ya estaban casadas, algunas divorciadas y hasta desposadas en segundas nupcias. La diferencia es que ahora han vuelto a vestir sus trajes de boda sin los nervios propios del día en que lo lucieron por primera vez y dando el sí, quiero a pasar una tarde de risas y sin formalismos. Y lo han hecho para participar en una sesión fotográfica que se ha puesto de moda en los últimos años denominada Trash the dress , o lo que es lo mismo que tu vestido pueda quedar para tirarlo a la basura por haberlo mojado, ensuciado o rasgado. Eso sí, pudiendo haber disfrutado de él antes de guardarlo para siempre.

Pablo Nicenboim, un fotógrafo madrileño casado con una guadalperalense, ha sido el encargado de poner en marcha esta loca idea, que ha tenido una rápida respuesta. Todo comenzó a partir de la tradición de una de las chicas del pueblo, que vive en Mallorca, de probarse su vestido de novia cada verano cuando vuelve a casa de sus padres, y comprobar que le sigue valiendo después de 16 años. De ahí que Pablo le propusiera el año pasado dejarse hacer una sesión de fotos con el vestido, a lo que se animó otra amiga. Así es que ambas desempolvaron los impolutos trajes y posaron con un aire muy desenfado y rural en las escaleras de un pajar o junto a un viejo carro aparcado desde hace años en un corral. Las fotos de aquel momento colgadas en las redes sociales causaron tanto furor que otras jóvenes de la localidad se mostraron encantadas de poder hacer lo mismo. Dicho y hecho, coincidiendo con las fiestas estivales de Los Guadalperales, pusieron en marcha la campaña de captación de novias. La Casa de Cultura fue el lugar elegido para volver a posar, esta vez con un aire artístico entre lo glamuroso, lo divertido, lo atrevido y hasta lo sexy, donde elementos como unas gafas de sol o una chupa de cuero, sacaron el lago más duro de estas quince novias. Eso sí, para algunas, la buena vida de casadas o de divorciadas les ha pasado factura y enfundarse en los trajes que lucieron hace casi veinte años, en algunos casos, no ha sido tarea fácil. Además, la noticia de la sesión de fotos corrió como la pólvora entre sus vecinas, para quienes ha sido una atracción más de las fiestas, como quien disfruta de la Pasarela Cibeles en la Fashion Week Madrid.

Tal ha sido el éxito, que el ayuntamiento ha decidido incluir la actividad en el programa de festejos del año próximo. Para Nicenboim, el nuevo reto será reunir al menos a 25 novias, "a ser posible también alguna señora mayor", y trasladar el escenario a la zona de baño con que cuenta el pueblo, para fotografiar a las atrevidas novias en plena naturaleza e incluso dentro del agua, haciendo gala de un auténtico Trash the dress .