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Uno de los responsables del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) repasa la situación del furtivismo en la región y explica en qué situación se encuentra el caso de las cacerías de animales exóticos detectadas Monterrubio de la Serena. Reconoce que además de tigres y leones se ha confirmado la presencia de otras especies en la finca extremeña, aunque la investigación continúa abierta.

--¿Cómo ha cambiado el furtivismo en los últimos años?

--Antiguamente lo típico era el mochilero, ese hombre que escapaba con muchos kilos de carne bien para consumo propio o para ganarse un dinero en la venta. Hoy en día lo que interesa no es la carne, sino más bien el trofeo.

--Y la forma de actuar de los furtivos supongo que también habrá cambiado.

--Es gente con sofisticados sistemas de transmisiones --teléfonos móviles y equipos de radio-- y con visores nocturnos. Las tecnologías han cambiado y también el conocimiento de la ley, ahora la conocen bien. Ahora el modus operandi se basa en que el cazador furtivo intenta no ser sorprendido nunca con la pieza y el arma a la vez. Las transmisiones vía radio o telefonía móvil les ayuda a evitar ser sorprendidos.

--Localizar a un cazador furtivo en una región tan grande como es Extremadura se antoja complicado. ¿Cómo lo consiguen?

--Lo que se hace es un trabajo de apostadero, de ubicar las zonas en que se sospecha que actúan los furtivos, y se hace una incidencia especial con muchos servicios nocturnos.

--¿Cómo está incidiendo en la caza furtiva la última reforma del Código Penal?

--Con esta reforma hace unos años lo que hasta entonces era una infracción administrativa pasó a ser un delito es decir, que a personas sorprendidas cazando sin permiso en el interior de un coto, cobren o no pieza, se le imputa la comisión de un delito. El cazador furtivo ha pasado a sentarse en el banquillo de los acusados, y eso es un cambio importante.

--En el caso de cacerías de animales exóticos, ¿cuántos casos se han confirmado?

--De momento el único caso confirmado es el de Monterrubio de la Serena, porque en Zarza la Mayor se descubrió que había animales que estaban introducidos sin la documentación legal en España, pero nunca se ha podido demostrar que fuesen para ser cazados.

--¿Y cómo está el caso de Monterrubio?

--Nosotros podemos hablar de evidencias reales, no de suposiciones. Y como evidencias hablamos de tigres y leones y de cadáveres de lobos o híbridos de perros con lobos. En otras especies se puede demostrar en algún caso el comercio, pero todavía no nos atrevemos a hablar de otros animales.