El paraíso solar de España no hay que buscarlo en el Mediterráneo. Está en el suroeste peninsular, linda con Portugal y no es otro que Extremadura. Cáceres se ha situado en el último año como la provincia con mayor potencial solar de la España peninsular, con una capacidad de generación eléctrica de 4,82 kwh/metro cuadrado, según datos del Instituto Nacional de Meteorología relativos al 2003. Badajoz se encuentra en sexta posición con (4,69 kwh/metro cuadrado), sólo superada por Toledo, Málaga, Ciudad Real y Murcia. En el extremo contrario se sitúa Bilbao con 3,4 kwh/metro cuadrado.

Como se puede apreciar, el efecto latitudinal se mantiene con regularidad, correspondiendo los menores valores solares a la cornisa cantábrica y los mayores al área mediterránea del sudeste, Extremadura, Meseta Sur y comunidad andaluza. Fuera de la península, sólo Gran Canaria rebasa los valores solares de Extremadura (5,5 kwh/metro cuadrado en Maspalomas).

Meteorología estima que el último año es una buena referencia porque se puede considerar "normal" en lo relativo al valor medio de la irradiación solar global en España. No obstante, matiza, en su distribución mensual y estacional hubo anomalías destacables: los valores bajos de invierno y otoño, sobre todo en febrero y octubre, frente a unos meses de verano en que los que se superaron las tasas normales.

Un informe realizado por expertos de Greenpeace y la Asociación Europea de la Industria Solar Térmica (ESTIA) destaca que España es uno de los cinco países "más prometedores" para el desarrollo de centrales termosolares, pues dispone de "sol en abundancia, una base tecnológica avanzada, un sector empresarial activo y un marco regulatorio que incentiva particularmente esta solución energética".

El estudio destaca también las ventajas de la energía solar por encima de otras: "El combustible --los rayos solares-- gratuito, inagotable y abundante, el crecimiento económico que conlleva, la creación de empleo, la diversificación de fuentes de energía y la seguridad en el suministro de electricidad".

En términos económicos, apunta que la energía invertida en su construcción se amortiza en cinco meses y tiene una vida útil de 30 años. Además, la mayor parte de los materiales (acero y vidrio) se pueden reciclar y reutilizar en otras centrales. Además, la energía solar evitaría que se emitieran 150 millones de toneladas de anhídrido carbónico hasta el 2020 en España.