Ni la refinería que proyecta el Grupo Gallardo en Tierra de Barros ni las centrales de ciclo combinado previstas en la comarca de Mérida están contempladas en el nuevo plan y obtendrían sus derechos de la reserva de 7,8 millones de toneladas para nuevos entrantes.

En principio, la refinería, que emitiría anualmente 1,4 millones de toneladas de CO2, no debería tener problemas, ya que el cupo para las instalaciones de este tipo ya operativas no sólo no baja, sino que crece en un millón de toneladas.

El caso de las centrales podría ser más complejo, puesto que el nuevo plan carga la reducción global de emisiones en este sector, con 30 millones de toneladas menos (reducción del 48%).