El lince y el águila imperial, junto con el arbusto tejo, son los ejemplares en peor situación de las 340 especies de fauna y 105 de flora protegidas en Extremadura, según indicó ayer el director general de Medio Ambiente, Leopoldo Torrado, durante la inauguración en Cáceres del primer Congreso sobre Especies Protegidas de Extremadura, en el que participan diversos especialistas en materia de conservación de la naturaleza.

El objetivo de las jornadas, señaló Torrado, servirá para realizar una puesta en común con la que llevar a cabo una revisión del catálogo de especies protegidas en la región.

En la actualidad, el catálogo recoge que de las 105 especies de flora protegidas, 63 son de interés especial, 27 vulnerables, 11 sensibles a la alteración de su hábitat y siete están en peligro de extinción. Por su parte, de las 340 especies de fauna protegida, 15 están en peligro de extinción, 39 son sensibles a la alteración de su hábitat y 247 son de interés especial.

El director general de Medio Ambiente también incidió en la consolidación de la red de espacios protegidos de la región, en la que se encuentra la mayor parte de la población de aves protegidas.

ULTIMO CENSO

Según el último censo elaborado en el 2002, la región cuenta con 49 parejas de halcón peregrino, la mayoría de ellas en las Villuercas, Sierra de Gredos y las Hurdes, 640 parejas de buitres negros, principalmente localizados en la provincia cacereña, salvo un pequeño núcleo en La Siberia pacense, y 176 parejas de Alimoche. A ellas se suman 92 parejas de águilas perdiceras, casi todas asentadas en la Sierra de San Pedro y Orellana, 39 parejas de águila imperial --en todo el mundo hay 140--, 124 de águila real y entre 5.000 y 7.000 parejas de avutardas localizadas principalmente en los Llanos de Cáceres.

En cuanto a las especies más afectadas, Torrado señaló que la Junta de Extremadura trabaja con la región andaluza en un programa nacional para la recuperación del lince y el águila imperial y recordó que la finca con la mayor población de lince ibérico se encuentra en la localidad cacereña de Granadilla. El terreno, indicó el director general, es propiedad de la Confederación Hidrográfica del Tajo, por lo que la Junta está a la espera de que le pueda ser transferido para desarrollar varios trabajos.

Desde la Administración regional, aseguró Torrado, se llevan a cabo labores para convertir el patrimonio natural de Extremadura en recursos que generen riqueza y empleo, enfocados también a la captación del turismo ecológico.