El cáncer de piel es una enfermedad maligna producida por la división y crecimiento descontrolado de las células que la forman. Sus variantes principales son el carcinoma de células escamosas (espinocelular), el carcinoma de células basales (basocelular) y el melanoma, este último mucho menos común que los otros tipos de cáncer, pero es el que causa la mayoría de las muertes. Según las estimaciones del sistema de información de cáncer de Extremadura, en la región se diagnostican anualmente unos 6.500 casos de cáncer de cualquier localización. De ellos, unos 1.900 son casos de cáncer de piel, de los que unos 100 corresponden a melanoma cutáneo y los 1.800 restantes a las otras variantes.

Desde la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales informan a este diario de que los cánceres de piel en su conjunto suponen alrededor del 30% del total de los casos de cáncer que se diagnostican anualmente en Extremadura. De manera más específica, se corresponden a unas tasas aproximadas de unos 180 casos por cada cien mil habitantes al año para el total de los cánceres de piel; de unos nueve casos para el melanoma, y de unos 171 casos para el resto de los tipos de tumores de piel. «Cada año se diagnostican más casos de melanoma porque por mucha campaña informativa que hagamos, la moda del bronceado es muy difícil de combatir», sostiene José Antonio Pérez Caballero, dermatólogo del Hospital Universitario de Cáceres.

El melanoma es el tipo más grave de cáncer de piel y se forma en las células (melanocitos) que producen melanina, el pigmento que le da color a la piel. Sin embargo, también puede manifestarse en los ojos y, rara vez, en los órganos internos, como los intestinos. «El diagnóstico precoz es fundamental, porque si el melanoma se pilla in situ se cura en el 100% de los casos, de lo contrario, si cuando lo diagnosticamos ya tiene metástasis no se cura, y al final supone tanto como la vida o la muerte», explica Pérez.

Aunque la causa exacta de los melanomas no está clara, la exposición a la radiación ultravioleta (UV) de la luz solar o de las lámparas y de las camas solares aumenta el riesgo de padecer este cáncer. Pérez apunta que existen otros tipos de tumores cutáneos, también inducidos por el sol, como son el carcinoma espinocelular y el basocelular, «que se dan en pacientes que tienen una exposición crónica al sol, como pescadores, agricultores o personas que trabajan al aire libre». Por contra, el melanoma «se da más en zonas cubiertas y en pacientes que toman el sol esporádicamente».

«La ciudadanía está tomando cada vez más precauciones, aún así cuando vienen los pacientes para cualquier patología hacemos mucho hincapié de que se pongan protección solar para evitar el cáncer y evitar el envejecimiento de la piel, porque el sol la arruga y la mancha», destaca.

incidencia POR SEXOS // La incidencia del melanoma por sexos es similar en la región, con unos 50 casos diagnosticados cada año tanto en hombres como en mujeres, lo que supone unas tasas de unos 10 casos por cada cien mil hombres/mujeres al año. El resto de los tipos de tumores de piel son mucho más frecuentes en hombres que en mujeres, con unos 1.000 casos al año en hombres frente a unos 800 casos al año en mujeres. Esto se corresponde con unas tasas aproximadas de 200 casos por cada cien mil hombres al año y de 145 casos por cada cien mil mujeres al año.

El riesgo acumulado de que un residente en la región padezca un cáncer de piel a lo largo de su vida se estima en alrededor del 5,5% para los hombres y del 4,5% para las mujeres. En el caso del melanoma, estos riesgos se estiman alrededor del 0,35% tanto en hombres como en mujeres, y para el resto de tipos en algo más del 5% para los hombres y un poco menos del 4% para las mujeres.