Con las obras del tren de alta velocidad (AVE) estancadas y sin nuevas licitaciones desde hace años; con el futuro del tren hotel Lusitania en el aire tras la decisión de Portugal de cerrar las líneas férreas que enlazan con Extremadura; con la supresión del talgo a Madrid hace ya un año; y con la sustitución, el próximo mes de diciembre, del talgo ARCO (de Barcelona a Badajoz) por un convoy regional de media distancia, la región se va a quedar prácticamente sin los servicios de pasajeros de largo recorrido que mejores prestaciones y mayor velocidad ofrecen para los usuarios en la comunidad autónoma.

El transporte ferroviario está sufriendo importantes cambios en Extremadura en los últimos años. "La situación, en líneas generales, no es mala. El problema es que a corto plazo no solo no va a haber mejoras notables, sino que puede empeorar", señala Miguel Fuentes, responsable del sector ferroviario de CCOO en Extremadura. Los dos grandes sindicatos coinciden en que desde 2005 se han realizado inversiones importantes en modernizar vías, señalización, introducción de sistemas automáticos y en los trenes que cubren los servicios regionales y de media distancia (los que recorren menos de 500 kilómetros y tienen salida o llegada en alguna estación de Extremadura). Así, por un lado se han destinado casi 200 millones de euros a infraestructuras con arreglo a un convenio suscrito en el 2004 entre la Junta y el Ministerio de Fomento, un acuerdo que se prorrogó a principios del 2010 y que finaliza el próximo verano. Merced a él, el Gobierno central ha gastado más de 100 millones y la Junta unos 70 en tramos que presentaban muchos problemas y limitaciones para la circulación, como el Cáceres-Valencia de Alcántara o los que comunican Mérida con Sevilla, con Cabeza del Buey y con Cáceres. "Ha sido un esfuerzo importante", reconoce Juan Manuel Pacheco, secretario general de la Federación de Transportes de UGT en la región. Pese a ello todavía quedan kilómetros en los que los combois tienen que reducir sus velocidades por debajo de los 50 kilómetros por hora, como sucede en algunos puntos entre Villanueva de la Serena y Cabeza del Buey y Cáceres y Mérida ("un tramo de 60 kilómetros que se tarda en recorrer una hora", apunta Fuentes).

Otro convenio de la Junta, éste con Renfe, ha permitido que desde 2005 se haya garantizado la continuidad de los 38 trayectos de media distancia que realizan cada semana con destino u origen en Extremadura. Para ello la Administración regional ha tenido que desembolsar entre seis y siete millones de euros anuales para compensar el déficit que estos servicios originaban a la empresa pública operadora. Es decir, unos 30 millones de euros en los últimos años. A cambio Renfe sustituyó la mayoría de los viejos trenes regionales por modelos más modernos, los R-598, que alcanzan los 160 kilómetros por hora. "Los estrenamos aquí y permitieron que durante unos años, hasta el 2008, se parase la pérdida de viajeros que estaba sufriendo el tren en Extremadura", señala el responsable de CCOO. De hecho, entre 2005 y 2008, la cifra de usuarios de trenes de media distancia pasó de 302.000 usuarios anuales a 626.000. En los últimos años esas cifras, al igual que el volumen de mercancías transportado por las vías extremeñas, se ha reducido. "Suponemos que por la crisis", apunta Fuentes.

SIN TALGOS El deterioro del servicio viene en los servicios de larga distancia, que quedaban fuera de los convenios con la Junta. Hace un año Renfe cambió el Talgo a Madrid por un R-598. Este tren llegaba hasta Barcelona, pero con la puesta en servicio del AVE a la ciudad condal, perdió atractivo para los usuarios, que se veían obligados a hacer trasbordo en Madrid, y también rentabilidad. Según los sindicatos, "era un tren que tenía sus años, pero era más cómodo y tenía muchas más prestaciones (cafetería, televisión, música) que los nuevos media distancia".

Extremadura también perderá el talgo ARCO, que enlaza la región con la Comunidad Valenciana y Cataluña a través de Castilla-La Mancha. A partir del próximo mes este convoy se sustituirá por un regional para hacer el trayecto entre Alcázar de San Juan y Badajoz. "Sus viajeros tendrán que hacer un trasbordo y eso siempre es una molestia", comenta Juan Manuel Pacheco.

De esta forma, el único talgo que quedará en servicio en Extremadura es el tren-hotel Lusitania, que cubre el recorrido Madrid-Lisboa con un servicio diario en cada sentido. Sin embargo, éste también está en el aire, después de que Portugal haya anunciado el cierre de las vías que enlazan con la frontera extremeña a la altura de Valencia de Alcántara y de Badajoz. Sindicatos como CGT aseguran que este trayecto se realizará por Salamanca a partir de enero, pero Renfe asegura que no hay ninguna decisión tomada. Esto supondría además el fin del transporte de mercancías que se hace, día sí día no, por esta vía hacia los puertos lusos.

En cuanto a horarios, conexiones y puntualidad, los delegados sindicales coinciden en que, en líneas generales, el servicio es óptimo. No obstante, proponen algunos reajustes, como poner un regional que permita a los estudiantes y funcionarios desplazarse cada mañana a Mérida, Badajoz y Cáceres desde otras localidades de la región.