La industria extremeña ha cuadruplicado la generación de residuos peligrosos en solo un año, pasando de menos de dos mil toneladas a más de ocho mil, según se desprende de un estudio del Instituto Nacional de Estadística referido a los años 2001 y 2002. Además, si la comparativa se realiza con el 2000, la generación de este tipo de residuos se ha multiplicado por 16.

En cambio, los desechos no peligrosos han experimentado un fuerte descenso, al pasar de 119.000 toneladas en el 2001 a las 54.800 toneladas del 2002.

En cuanto al tipo de residuos peligrosos que se generan, la estadística muestra fuertes crecimientos en tres compuestos. Así, las basuras tóxicas formadas por disolventes y ácidos han pasado de apenas 30 toneladas a más de 2.500. Por su parte, el resto de productos químicos subieron desde las cuatro toneladas a casi 2.000 toneladas. Finalmente, los desechos metálicos peligrosos, que hasta el 2001 casi no existían, alcanzaron al año siguiente las 2.700 toneladas.

ACTIVIDAD SIDERURGICA El reparto por sectores productivos es aún más concluyente a la hora de determinar el por qué del incremento de estas basuras.

Así, la siderúrgica aportaba en el 2001 algo más de 1.800 toneladas de residuos peligrosos, que un año después se habían convertido en más de 7.500.

La culpa del incremento se centra en los desechos químicos utilizados en los procesos de producción o en los elementos de refrigeración, que pasaron de no existir en el 2001 a llegar a las 3.500 toneladas en el 2002, y en las basuras de la transformación del metal, principalmente la escoria, que también subió de cero a 2.700 toneladas.

También se incrementó, aunque en menor medida, la generación de aceites usados, que pasó de 1.900 a 2.500 toneladas.

BAJAN LOS NO PELIGROSOS En cuanto a los residuos industriales no peligrosos, su evolución es justo la contraria. Así, en el 2001 se produjeron en la región casi 120.000 toneladas de estos desechos, que se rebajaron a menos de 55.000 al año siguiente.

El motivo de esta rebaja tan sustancial es el descenso en la generación de residuos minerales y de la construcción, que pasaron de 97.400 toneladas a menos de 19.000.

En cambio, creció la basura no peligrosa de elementos metálicos (de 3.200 a 5.800 toneladas) y los residuos animales y vegetales (de 7.000 a 19.000 toneladas), mientras bajaban los lodos, desde las 9.000 a las 400 toneladas.

La evolución de la industria extremeña en la generación de basuras, tanto tóxicas como no tóxicas, difiere mucho de la seguida a nivel nacional.

Así, en el conjunto de España los residuos peligrosos pasaron entre el 2001 y el 2002 de 1,4 a 1,6 millones de toneladas (incremento del 15,4%), y los no peligrosos de 57,9 a 57,5 millones de toneladas, es decir, un descenso de apenas el 0,7%.