La principal medida restrictiva en caso de darse un brote de lengua azul es la restricción de movimientos. Del radio de 150 kilómetros alrededor del foco los animales sólo pueden salir para ir al matadero. Pueden moverse libremente dentro de la zona restringida.

En cuanto a las indemnizaciones, se sitúan en torno a los 90 euros por animal muerto. El precio en carne de cada cabeza de ovino menor de cinco años ronda los 100 euros, con lo que, en principio, la pérdida no sería grave. Sin embargo, si se trata de ovejas para cría el daño es mayor: mientras se reponen las hembras perdidas y éstas están en condiciones de parir pasa un tiempo en el que no son productivas.