Más de la mitad de los catedráticos de la Universidad de Extremadura (son 104 de los 185 que hay en la actualidad) tienen más de 60 años y de ellos una treintena cuentan con más de 66 años, por lo que habrían rebasado la edad de jubilación. Hay que tener en cuenta que en la universidad, aunque pueden retirarse a partir de los 60 años, se les permite mantener la actividad hasta los 70, siempre que lo soliciten cada año tras alcanzar los 65. El caso de los catedráticos es el más representativo porque la edad media roza los 59 años; aunque también una cuarta parte de los profesores titulares que hay tienen más de 60 años (en total 144 de los 640 que están en las distintas facultades y escuelas universitarias) y de ellos 28 superan los 66 años, según los datos remitidos por la Unidad Técnica de Evaluación y Calidad de la UEx. La edad media entre estos está en torno a los 54 años

En la universidad asumen que en los próximos cinco años se dispararán las jubilaciones y que en la próxima década se afrontará una importante renovación del cuerpo docente, especialmente en el caso de los catedráticos, a medida que los actuales vayan rebasando la edad máxima para mantener la actividad. A partir de los 70 año, únicamente pueden mantenerse vinculados a la universidad como ‘eméritos’, (catedrá ticos o profesores, según su nivel) durante un periodo máximo de seis años y solo si su departamento y la universidad aceptan su propuesta, aunque la actividad que desarrollarán no es la ordinaria como profesor.

«Entre el 2020 y el 2025 habrá unas elevadas tasas de jubilación y se espera que haya una renovación a lo largo de la próxima década. No es un problema, aunque se pueden producir pequeños desajustes en algunas disciplinas de forma puntual», afirma Antonio Hidalgo, rector de la Universidad de Extremadura y catedrático de Química Física. De hecho, la oferta pública de empleo prevé 39 plazas de catedrático para este año que se prevén convocar antes del mes de mayo.

La acreditación de profesores de la UEx para poder optar a una cátedra (se requiere una acreditación de la ANECA en la que se evalúa el planteamiento docente en investigador del profesor y también su valía como científico) está en torno a los diez docentes cada año y en estos momentos hay 60 profesores preparados para asumir una cátedra. En todo caso, la adjudicación de las cátedras es un proceso público y abierto a cualquier profesor acreditado que cumpla con los requisito, independientemente de la universidad de la que procedan.

¿Qué supone una cátedra?

Con la Ley de Reforma Universitaria (LRU) de 1983 y la posterior Ley Orgánica de Universidad (LOU) no solo cambió la designación de los catedráticos, sino también el poder que estos tenían hasta entonces. «El hecho de ser catedrático no lleva inherente desde la LRU el control absoluto de una determinada área. Puede tener una serie de privilegios como elegir las asignaturas que quiere impartir, pero no tiene poder real. Ser catedrático es más una distinción, una promoción personal y una forma de compensar el esfuerzo como docente e investigador», subraya Hidalgo.