La falta de concreción del Ministerio de Agricultura y de la Consejería de Agricultura y Medio Ambiente extremeña sobre las medidas que se barajan para compensar al sector del tomate de industria por la drástica bajada de las ayudas comunitarias está elevando por momentos la preocupación entre los productores de la región. Así lo han confirmado tanto la Unión Extremeña de Cooperativas Agrarias (Unexca), que agrupa al 99% de los agricultores extremeños, como la Unión de Pequeños Agricultores (UPA-UCE), la principal organización agraria de la región.

Hace ya más de un mes --el 12 de abril-- que se celebró la primera reunión para abordar este asunto entre representantes del sector y el secretario general del Mapa, Josep Puxeu, y "no hay avance ninguno" desde entonces, explica Ignacio Huertas, secretario regional de UPA-UCE. "Está todo en el aire", considera Juan Puerto, presidente de Unexca, quien añade que es creciente el grado de preocupación de las cooperativas.

A falta de dos meses para comenzar la recolección del tomate, los agricultores se han lanzado ya a cuantiosas inversiones en las explotaciones sin saber qué ayuda llegará finalmente desde el Gobierno.

MARGENES ESTRECHOS El sector del tomate de industria está integrado por unos 2.500 productores, quince plantas transformadoras y un amplio tejido empresarial formado por negocios de proveedores y servicios. Es la espina dorsal de la economía de las Vegas Altas y Bajas.

La reducción de las ayudas comunitarias para esta campaña, motivada por la superación en los últimos años del cupo máximo nacional con derecho a subvención, ha provocado que este año los ingresos y los gastos de las explotaciones sean prácticamente parejos, sin apenas margen de beneficio.

El Ministerio de Agricultura ha descartado la concesión de ayudas directas extra al sector, como éste pedía, y basa su respuesta a la crisis en incrementar la subvención de los seguros, rebajar los pagos por IRPF y habilitar una línea de créditos blandos a través del ICO. Pero poco más se sabe. No se ha concretado ni el alcance de la rebaja fiscal --que en todo caso no se aplicará hasta la campaña de la renta del 2007-- ni la letra pequeña de los créditos blandos.

El Mapa ha trasladado, además, al sector que dichos préstamos serían sólo para amortizar los stocks de las industrias y no para los agricultores de base, lo que desconcierta aún más a éstos. Por parte de la Junta se ha incrementado un 26% la ayuda a la contratación del seguro de tomate y se ha aprobado la exención de algunas tasas. Según fuentes del sector, estas medidas son irrelevantes económicamente.

Tras la reunión con Puxeu de hace un mes, el sector ha mantenido otra con la directora general de Industrias Agrarias del Mapa, que provocó cierta perplejidad entre los asistentes, debido a que la representante ministerial se limitó a tomar nota sin concretar absolutamente nada.