En solo cuatro días, una extremeña ha logrado reunir más de 12.800 firmas en contra del impuesto de sucesiones en la comunidad. A través de la plataforma Change.org ha realizado una propuesta dirigida al presidente de la Junta en la que solicita que en Extremadura se herede el cien por cien. «Cuando un extremeño fallece, después de haber pagado durante toda la vida impuestos por los ahorros y el patrimonio que ha reunido con su esfuerzo, sus hijos o cónyuge tienen que volver a pagar por ello. Consideramos que se trata de una injusticia que nos empobrece y fomenta el éxodo de contribuyentes a otras comunidades autónomas», explica en la carta a la que se han adherido, hasta la tarde de ayer, 12.872 firmantes.

En su escrito considera que este impuesto es «un robo», porque obliga a tributar por unos mismos bienes dos veces: «en vida y en muerte». «No queremos volver a pagar por algo que ya se ha pagado con años de esfuerzo y sacrificio», recoge la petición, que se ha puesto como límite conseguir 15.000 firmas en total.

El impuesto de sucesiones es uno de los más controvertidos en la actualidad. Lo cierto es que en Extremadura está bonificado y prácticamente exento cuando los herederos son padres, hijos o cónyuges, siempre que el patrimonio a heredar no supere los 175.000 euros por legatario y éstos no tengan un patrimonio previo elevado. De hecho, la Consejería de Hacienda calcula que el 90% de los extremeños no tributa puesto que no superan las cantidades máximas establecidas para gozar de ventajas fiscales.

La situación es bien distinta si el heredero no sigue la línea de sucesión ascendiente o descendiente, es decir, si es un sobrino, un tío o una persona ajena a la familia. En ese caso no existen bonificaciones y es necesario pagar en ocasiones cantidades elevadas.

El impuesto de sucesiones reportó a la Junta de Extremadura 39,8 millones de euros durante el año 2015. La recaudación del año pasado aún no está cerrada, pero según los datos de Hacienda se esperan 31 millones. La cantidad es similar a la prevista para 2017, según los presupuestos de la comunidad para este ejercicio (37 millones incluidas donaciones).

La cantidad recaudada por tanto, es inferior a años atrás principalmente por las bonificaciones que se introdujeron en la comunidad en el año 2015 y que se han mantenido en el caso de las sucesiones -no en las donaciones- en la última reforma fiscal aprobada en la Asamblea de Extremadura a principios del pasado mes de diciembre. Y así seguirá siendo porque, de momento, la Junta no se plantea volver a revisar este impuesto a la espera de que a nivel nacional se alcance algún acuerdo de armonización fiscal entre las comunidades para evitar las divergencias que se producen en la actualidad.

Aún así, el presidente de la Junta aseguró hace unos días en sus redes sociales que es un asunto que le «preocupa» y por ello ha querido abrir un debate público para conocer la opinión de los extremeños. De momento, en Facebook supera los 300 comentarios. «Me parece una auténtica barbaridad y sé de qué hablo, pues en 2016 tuve el placer de partir con la Junta una herencia de un hermano de mi padre, cada uno nos llevamos el 50%» o «es una vergüenza que te cobren por ahorrar el dinero que tú mismo te has ganado con tu trabajo» son algunas de esas opiniones que está recibiendo el presidente.

Sobre este asunto se pronunció ayer el portavoz regional de Ciudadanos, Cayetano Polo, quien abogó por alcanzar la armonización fiscal en el país y rebajarlo en todas las comunidades. Asimismo, pide que se eleve en la región el mínimo exento y se deje fuera de tributación la vivienda habitual y la empresa familiar. Polo asegura que este impuesto es un ejemplo de que los extremeños sufren una presión fiscal «muy alta» y asegura que su partido trabajará para que los extremeños no sean «ciudadanos de segunda» en comparación con regiones como Madrid, donde este tributo es ínfimo.