No hay acuerdo, pero al menos se han acercado posturas en la negociación del convenio del campo, que debe cerrarse este mes si no quieren que las relaciones laborales de los más de 60.000 trabajadores del sector agrario se rijan el 1 de enero por el Estatuto de los Trabajadores. Tanto las organizaciones agrarias como los sindicatos destacaron que el encuentro de ayer había sido «positivo y productivo» y que se habían producido avances, aunque se verán de nuevo el 16 de diciembre para seguir concretando las cuestiones que les separan en cuanto a la jornada laboral y las horas extraordinarias. El objetivo es «cerrar» ese día un acuerdo, según concretó el presidente de Apag Extremadura Asaja, Juan Metidieri.

En lo que más se avanzó fue en el registro horario. Tras cuatro horas de reunión con mediación, en la Fundación de Relaciones Laborales, las dos partes aceptaron que los mediadores elaboren una propuesta sobre esa cuestión.

El principal desencuentro sigue en la jornada laboral, fijada ahora en 6,5 horas (1.768 horas anules). Los sindicatos mantienen como «una línea roja» aumentar la jornada anual, aunque estarían abiertos a aumentar la horas en los picos de producción (como campañas) si luego se compensan reduciendo la jornada cuando hay menos actividad. Si no hay acuerdo el día 31, la alternativa será el Estatuto de los Trabajadores: 8 horas diarias (1.826 horas anuales).

Para el dirigente de UPA-UCE, Ignacio Huertas, no lograr ese acuerdo «supondrá mayor inestabilidad para agricultores y ganaderos y generará conflictividad en el sector».