Sin prisas pero sin pausa. El Gobierno central se ha puesto manos a la obra para lograr una nueva financiación autonómica, según aseguraron fuentes del Ejecutivo el pasado mes. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría será la encargada de coordinar a todos los equipos que participan en la elaboración del nuevo reparto de fondos a las comunidades autónomas que aún no tiene fecha prevista.

El Gobierno, de momento, no aclara si el documento se aprobará este año y si entrará en vigor en 2014 o si las negociaciones --tanto en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera como en la Conferencia de Presidentes-- se prolongará hasta el año 2015, último de la actual legislatura de Mariano Rajoy. Lo que sí parece claro, a juzgar por las declaraciones del Ejecutivo, es que el actual sistema, aprobado por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero en el 2009, no convence. No satisface ni a presidentes autonómicos socialistas como el andaluz José Antonio Griñán, pero tampoco a los populares como el madrileño Ignacio Gónzalez o el valenciano Alberto Fabra.

Cataluña es otra de las comunidades disconformes con el modelo actual, pero su revisión no le contentaría. Es un gesto insuficiente para apaciguar las ansias nacionalistas de una región que ha emprendido una cruzada más allá de este debate.

En una visita a Madrid, el presidente catalán Artur Mas dejó claro a Rajoy que no aspiraba a mejorar el actual modelo, sino que solo admitiría para su comunidad un pacto fiscal que equiparase a Cataluña con el País Vasco o Navarra, que le permita ser el único recaudador de todos los tributos. Pese a iniciarse el debate, expertos consideran que habrá que esperar al menos hasta 2015 por la situación económica y frentes abiertos como el de Cataluña.