La concesionaria de la mina de Aguablanca en Monesterio (Badajoz), Río Narcea, pretende dejar preparada la planta con la continuación de algunos trabajadores tras el futuro Expediente de Regulación de Empleo (ERE) ante la posibilidad de que otra empresa pueda seguir explotándola. Así lo aseguró ayer el secretario general de la Federación de Industrias y Trabajadores Agrarios de UGT Extremadura, Leocadio Núñez, tras la reunión celebrada en Mérida con representantes de la empresa y del mediador de la Junta, Juan Manuel Fortuna, quienes se han emplazado a un nuevo encuentro el 4 de marzo. Según Núñez, no se trata de un cierre de explotación sino de despido de trabajadores, ya que en la documentación entregada por la empresa en la mesa de negociación "no se contempla la palabra cierre como tal".

Aseguró que, a petición popular y de la sociedad, la empresa quiere dejar todo preparado por si alguna otra está interesada en explotar la planta, puesto que Río Narcea no ha solicitado al Ministerio de Industria la autorización de abandono de la explotación minera, precisó. Hoy también tendrá lugar una marcha protesta en Badajoz de apoyo a los mineros, a la que se esperan 2.000 personas.

INTERLOCUTOR El sindicalista insiste en la falta de idoneidad del interlocutor, puesto que, a su juicio, ya la demostró al incumplir lo firmado respecto al Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) negociado en septiembre por sindicatos y este mismo representante de Río Narcea. "Si no es rentable, que la cedan a su origen, el ministerio, pero lo que pasa es que quieren seguir haciendo negocio con esto, ya sea vendiendo o, cuando suba el níquel, volviéndola a explotar, como han hecho en otros sitios", afirmó Núñez, quien se muestra "expectante" por la reunión que tendrá lugar hoy entre el presidente de la Junta y el ministro de Industria. Deseó que este encuentro sirva para que el ministro se dé cuenta de lo que genera la planta en Extremadura y Andalucía: solo en nóminas unos 17 de millones de euros anuales sin contar los empleos indirectos, precisó.

Además, recordó que Río Narcea ha pasado 113 millones a la empresa matriz en beneficios en los últimos cinco años, mientras que aluden a previsibles pérdidas a futuro para llevar a cabo el ERE, amparados por la actual reforma laboral.

En este sentido, Núñez explicó que los datos económicos aportados por la empresa introducen gastos en la galería que ya están reflejados en distintos ejercicios, por lo que, a su juicio, no son ciertas las pérdidas de la mina. "En septiembre --cuando la empresa presentó el ERTE-- no sabían lo que iba a pasar ahora y ya se adelantan a 2018 respecto a los precios del níquel".

La concesión de 30 años, que empezó en 2002 y cuenta con dos prórrogas de otros 30, hasta un máximo de 90 años, contempla la obligación ante el Ministerio de comunicarle el abandono o cese de la actividad de la mina, algo que, en opinión de UGT, no va a trasmitir porque hay, mínimo, 3 millones de toneladas en la explotación.