La empresa minera Río Narcea Nickel S.A. busca nuevos yacimientos de níquel y cobre en varios municipios de la zona de Hornachos, en la provincia de Badajoz, con el fin de prepararse para el previsible cierre en 2013 del de Aguablanca, en Monesterio.

Según la agencia Efe de fuentes de la revista Caudal de Extremadura, la empresa planifica el fin de la mina de Monesterio buscando nuevos yacimientos en la zona de Hornachos y Llera, ya que, según la revista, la mina de Monesterio es "uno de los mayores negocios mineros de Europa, como si se tratara de una mina de oro".

Por ello, Aguablanca, descubierta en 1993 y explotada desde 2001, produce 1,8 millones de toneladas de níquel y cobre al año cuando las previsiones iniciales eran de obtener anualmente 1,5 millones de toneladas. Además , estos dos metales son de los más preciados ya que gozan de "excelentes" cotizaciones en los mercados internacionales. Asimismo, el yacimiento de Monesterio también ofrece cantidades menores de platino, cobalto y oro.

No obstante, se explica en el trabajo publicado por Caudal de Extremadura, en estos momentos se considera que el yacimiento de Aguablanca estará "agotado" en 2013, aunque no se descarta mantener las investigaciones en la zona por si fuese rentable el volumen de mineral existente.

En esta línea, los informes existentes señalan que la rentabilidad sería buena si los precios del níquel fueran en el futuro de, al menos, 4.800 dólares por tonelada y los del cobre de 1.600 dólares. En la actualidad ambos precios son, respectivamente, de 9.700 y 3.685 dólares.

Se agrega que, en todo caso, la compañía propietaria de Río Narcea, la canadiense Lundin Mining, tiene interés en explorar otros posibles yacimientos mineros de la Comunidad Autónoma de Extremadura.

En este sentido, ya ha dado sus primeros pasos y ha logrado la autorización de la Junta de Extremadura para analizar varias cuadrículas, conocidas como Petra, en una zona de más de 3.400 hectáreas de los municipios de Hinojosa del Valle, Llera, Ribera del Fresno y Hornachos.

Ya en 1987, se concluye en el artículo, la Administración regional catalogó estas zona como de interés minero en plomo, cinc y cobre, y con posibilidades de contener oro y plata.