Román Prieto llega a la presidencia de Caja Rural de Extremadura con un objetivo tan claro como el apoyo que recibió su candidatura el pasado martes (un 87% de los votos de la asamblea de socios): impedir la absorción de esta entidad por parte de Caja Rural del Sur y renegociar las condiciones de Grupo Cooperativo Ibérico, el SIP al que pertenecen ambas instituciones. Será su segunda etapa en los órganos de máxima responsabilidad de la Caja ya que hasta 2002 ocupó durante más de una década los puestos de secretario y director general.

--¿Esperaba salir elegido con un respaldo tan amplio?

--Sabía que los trabajadores se estaban moviendo mucho recabando representaciones y siempre he creído que contaba con el apoyo del comité de empresa y de la inmensa mayoría de los trabajadores. Aun así, esperaba que hubiese una amplia mayoría, pero no que mi candidatura obtuviese un respaldo tan abultado.

--¿Qué lectura hay que hacer de este apoyo tan masivo?

--Pues se lo dije a los socios ayer --por el martes--, el mensaje, no solo para mí, si no para todo el consejo rector actual de Caja Rural de Extremadura, es el de "no permitan ustedes que la entidad desaparezca, defiéndanla con uñas y dientes, por encima de cualquier otra consideración, sin estridencias pero con contundencia total".

--Porque su oposición a la fusión con Caja Rural del Sur no tiene matices...

--Sí, claro. Yo no he llegado aquí para negociar una fusión, evidentemente, sino con la única y exclusiva intención de paralizarla e, incluso, de renegociar el SIP.

--El primero de los objetivos que menciona, el de paralizar la fusión, ¿en qué medida es aún posible?

--Que yo sepa, o que se haya hecho público, no se ha comenzado ninguna negociación para la fusión por parte del órgano que podría hacerlo, que es el Consejo Rector de Caja Rural de Extremadura. Otra cosa es que el presidente de Caja Rural del Sur, y del SIP, en la carta que envió a los trabajadores el 18 de diciembre pasado, les comunicara que había dado instrucciones a su equipo de dirección para que comenzara los trámites. Pero con quien hay que hablar primero es con el consejo rector de la entidad y llevar luego la decisión a una asamblea general que debería aprobarla con el apoyo de dos tercios de los socios. Y ése es un camino que, no es que no se haya recorrido, es que ni tan siquiera se ha empezado.

--También habla de renegociar el SIP, ¿en qué términos le gustaría hacerlo?

--En términos tales que quede muy claro que la autonomía, la singularidad y la independencia de Caja Rural de Extremadura no se tocan; que la dirección general de Caja Rural de Extremadura y su equipo directivo tampoco se tocan; y que los que definen la política general de la entidad son sus socios y no cualquier otro. Es más, como comuniqué también a los socios, dentro del propio SIP se contempla esta posibilidad.

--¿La de renegociar sus condiciones una vez constituido?

--Sí, siempre que cambie la estructura del consejo rector y yo creo que con nuevo presidente y, sobre todo, con el mensaje que han dado los socios, evidentemente el consejo rector a partir de ahora no tiene nada que ver con lo que ha sido antes.

--¿Y contempla la posibilidad de romper el SIP?

--Yo no. En realidad, lo que estoy pidiendo es que se cumpla el SIP, pero que lo cumplamos todos, y cumplirlo no significa que nuestros directores generales los ponga Caja Rural del Sur. La entidad de cabecera no es quien para poner directores generales, los pone el consejo rector de Caja Rural de Extremadura.

--Precisamente ayer --por el martes--, poco antes de la asamblea, se nombró a dos, ¿cómo lo valora?

--Pues me parece barriobajero. Que en un proceso electoral, cuatro horas antes de elegir al presidente de la entidad se decida nombrar a dos directores generales es ningunear y menospreciar a los propios socios que iban a votar. Ni que decir tiene que ese nombramiento se va a suspender de inmediato. Primero, porque lo permite la ley de crédito cooperativo, en intervención directa del Gobierno de Extremadura, previo aviso de la comisión de control, pero es que aunque no fuese así, ya me encargaría yo de que los dos directores generales nombrados no sigan en sus funciones.

--Desde la Junta de Extremadura se ha hablado de extorsiones, irregularidades y amedrentamiento a la plantilla por parte de Caja Rural del Sur, ¿tiene constancia de estos hechos?

--El comité de empresa me ha remitido una nota en la que así se indica. Ya dije ayer --por el martes-- que espero que se depuren las responsabilidades si las hay y que se obre en consecuencia con quien haya producido esos hechos. Y de no hacerse por parte del SIP, lo haré personalmente.

--¿Por qué vía?

--Poniendo los hechos en conocimiento del ministerio fiscal, si efectivamente han sucedido así, porque antes hay que abrir un procedimiento interno de investigación. Lo que me consta de manera expresa, porque lo he estado viviendo en mis carnes este fin de semana, es que a los dos trabajadores que forman parte de la comisión de control se les ha estado presionando hasta límites insospechados para que cambiaran la decisión de que el nombramiento de los dos directores generales no se llevara al acuerdo del consejo rector de ayer --por el martes-- por la mañana. Se les ha amenazado con rebajarles de sus puestos de trabajo o con despedirlos.

--Desde el Grupo Cooperativo Ibérico se ha justificado la necesidad de la fusión en supuestos requerimientos del Banco de España, ¿da credibilidad a ese argumento?

--Ni me lo creo ni me lo dejo de creer, porque no tengo la comunicación directa del Banco de España. Espero que en la próxima semana podamos hablar con los reponsables del regulador. En la asamblea general di unos datos sobre las cuentas de Caja Rural de Extremadura a 31 de diciembre del 2010 --antes de iniciarse el SIP--, y tanto por recursos propios como por morosidad y tasas de cobertura, en esa fecha cumplíamos todos los requisitos que exigía la normativa bancaria. El Banco de España no quiere entidades grandes, quiere entidades fuertes, pero se puede ser muy fuerte siendo pequeño y muy débil siendo grande. Y le pongo dos ejemplos: Caja Rural de Almendralejo es una entidad fortísima, y Bankia es una muy débil. Luego el tamaño no hace la fortaleza de las entidades financieras

--¿Y cree que, llegados a este punto, será posible recomponer la relación con Caja Rural del Sur?

--Sí. Yo tiendo mi mano, y lo haré hasta la extenuación, para que así sea, porque además esto es algo que va implícito en mi genética. Yo soy tremendamente negociador y tolerante. ¿Cómo no voy a serlo con un SIP que se ha firmado por todas las partes?

--También se ha hablado de compromisos incumplidos por parte de Caja Rural del Sur, como la no instalación en Badajoz de la oficina central de gestión de cobros de la PAC y de seguros agrarios, ¿es así?

--Es algo que no conozco. Porque el director general que lo negoció ya no está y el que le acompañaba y que después le sucedió ha dimitido hace una semana. Obviamente, no me lo van a decir los señores que están actualmente en avenida Santa Marina 15 --dirección de Badajoz en la que se ubica la central de la Caja--, que son trabajadores de Caja Rural del Sur. Tendré que preguntarlo en el SIP. Lo que no entiendo bien es, si estas fueron las condiciones de la negociación, por qué no se llevó al texto del SIP y quién es el responsable de ello.

--Usted ya fue director general de Caja Rural de Extremadura hace una década, ¿cómo de cambiada espera encontrarse la entidad ahora?

--Lo que veo desde fuera, como simple socio, es que han cambiado sus principales objetivos. Caja Rural de Extremadura nació para servir a las necesidades económico-financieras de sus socios y nos hemos liado a inventos de otro tipo y, consecuencia de eso, hemos perdido nuestra razón de ser fundamental. ¿Con qué me voy a encontrar?, pues ciertamente no lo sé. Ni tan siquiera tengo los datos a 31 de diciembre del 2012 que me permitan visualizar los parámetros principales de la entidad.

--Más allá de este intento de absorción, ¿le parece acertado que Caja Rural de Extremadura se haya integrado en este SIP?

--No, yo creo que fue un error firmar el SIP en las condiciones que se firmó. Le doy un ejemplo: el SIP contempla que haya un consejo rector que esté por encima de los consejos rectores de cada una de las sociedades firmantes y que puede llegar hasta 29 miembros. Ahora tiene 14, de los que 10 son de Caja Rural del Sur, dos Caja Rural de Córdoba, y otros dos de Caja Rural de Extremadura. Así que ya me contará usted que hacemos en Sevilla. Se nos podrá escuchar, pero capacidad de decisión, ninguna. Si a eso le unimos que, a consecuencia del SIP, todas nuestras estructuras de mandos operativos, los importantes, como cartera, tesorería, expansión, etcétera, también permanecen en Sevilla, ¿con qué nos quedamos? En el día a día de la Caja, ¿qué le podemos ofrecer a los socios como netamente nuestro?