La historia de La Loba, como la de la mayoría de las cervezas artesanas, está protagonizada por el cariño. Ese es el principal ingrediente de las 'rubias' que se hacen en Extremadura lejos de grandes fábricas industriales y La Loba ha sido de las últimas en sumarse a una moda de las que no parecen ser pasajeras, que ha llegado para quedarse, esta vez de manos exclusivamente de mujeres.

Hace más de un año que Nora y Ainara, amigas y vecinas, se propusieron convertir una pasión que comenzó en la cocina de casa casi sin darse cuenta en su forma de vida y, aunque no lograron sacar adelante la idea inicial de montar una microcervecería por falta de financiación, el pasado mes de junio vieron la luz a su proyecto: Cervecera Libre, la empresa bajo la que se fabrica desde entonces su propia cerveza: La Loba.

El nombre de esta rubia estilo IPA está muy ligado a Extremadura. Ainara, arqueóloga, llegó a Mérida hace 14 años por cuestiones laborales y Nora lo hizo posteriormente, hace unos cinco. "Lo pusimos por la loba capitolina básicamente, aunque el diseño de la etiqueta, creado por Mikelo un artista de Mérida, no sea muy parecido a la loba". Ahora están volcadas con la empresa y ya tienen nuevas recetas para seguir creando cervezas artesanas. "Pero eso será con tiempo".

De momento, La Loba es la primera creación de estas madrileñas afincadas en la región y en su receta contribuyó otra mujer, Jes Matthews, "que le dió su toque americano". Se trata de una cerveza India Pale Ale (IPA), un estilo que se caracteriza por el amargor y un alto porcentaje alcohólico, pero "en nuestro caso le hemos puesto el mínimo de amargor y de alcohol", cuenta Ainara. Tras probar con distintas mezclas y recetas, sus creadoras apostaron por la IPA porque resultó ser el que más les gustaba. "La gente cuando bebe por primera vez una cerveza de este estilo pone una cara algo rara porque está amarga, pero también es muy aromática y solo está compuesta por materias primas naturales: agua, cuatro tipos de malta, otros cuatro tipos de lúpulo y levadura". Productos nacionales y europeos, puesto que en España apenas se pueden encontrar tres tipos de maltas o lúpulo, " y tenemos que tirar de materia prima de Alemania y Bélgica, ya que allí existe más variedad". Pero el ingrediente estrella de esta cerveza es el cariño, "es así, aunque suene un poco cursi", dice Ainara. "La principal diferencia entre una cerveza artesana e industrial es el sabor, y cada lote lo cuidamos muchísimo, no es una cadena con millones de litros. Es un producto que hacemos cada mes o dos meses y nos lo curramos mucho", insiste. Desde junio han realizado dos lotes de unos 5.000 litros en total.

Para su producción recurren a una pequeña fábrica de Madrid, con todas las garantías sanitarias y de calidad. "Tras un año buscando financiación, sin éxito, tuvimos que aparcar nuestra idea de montar una microcervecería en el centro de Mérida y buscamos alguna extremeña para producir, pero cuando empezamos las de aquí aún no tenían capacidad suficiente para alquilar, así que la más cercana que encontramos fue en Madrid, donde han empezado otras cervezas extremeñas. No obstante, no descartamos en el futuro producir aquí", cuenta.

La Loba se suma a una lista de casi una decenas de marcas de rubias, con distintas variedades, que coexisten en la región desde hace apenas dos años --Sevebrau (Villanueva de la Serena), Ballut (Badajoz), Soto (Barcarrota), Blomberg (Plasencia), Jara (Villanueva del Fresno), Marwan (Badajoz), Cerex (Zarza de Granadilla) y Arcadia (Villafranca de los Barros)--. Pero esta completa oferta no supone ninguna competencia para la nueva marca. "Al revés, es una competencia positiva, todos los que fabricamos cervezas artesanas aquí somos colegas, formamos parte de la asociación de Birrifactores de Extremadura, en la que se incluyen productores caseros y aficionados, y nos reunimos a menudo. A los cerveceros artesanos no nos interesa que solo esté tu cerveza en el súper o en el bar, sino al contrario, que haya varias para poder crear una cultura cervecera de verdad y conseguir que cada vez más gente sepa valorar estos sabores y esta forma de hacer las cosas". ¿Cómo conseguir eso? "¿Qué prefieres tomarte un zumo de naranja o una fanta? Pues algo parecido ocurre con la cerveza artesana e industrial. No se me da muy bien vender, pero hay varias razones para probarlas: son productos locales, sabores totalmente diferentes con los que puedes experimentar de todo en la boca, los ingredientes son naturales, y además, alimentan más", responde Ainara.

Mientras experimentan nueva recetas con las que seguir ampliando Cervecera Libre y enriqueciendo este sector, La Loba ya puede consumirse en una veintena de bares de Mérida, en la única tienda hasta el momento especializada en cervezas en la región, CerveZeres, en Cáceres, así como en otros locales de Aljucén, Almendralejo y Madrid, entre otros. Lejos de ahí, también se puede adquirir el producto contactando directamente con Nora y Ainara a través de internet. "Enviamos cerveza donde nos pidan". "Nos divertimos cerveceando".