Hace cuatro años Mario tuvo que cambiar las ruedas de su motocicleta por las de la silla que hoy le sirve para moverse, esa misma silla de ruedas con la que esta semana se acerca a los conductores para concienciarles del riesgo que entraña ponerse al volante tras haber ingerido bebidas alcohólicas. Un año más, la Dirección General de Tráfico desarrolla su campaña especial de control y vigilancia del consumo de alcohol. Durante esta semana, en la que son habituales las comidas y cenas para celebrar el fin de año con amigos o compañeros de trabajo, los agentes realizarán 20.000 controles en toda España.

Ignacio Martín, subjefe provincial de Tráfico en Badajoz, explica que hasta el domingo se van a realizar pruebas de alcoholemia "en mil puntos de la red viaria, en cualquier tipo de vía y a cualquier hora del día, no solo por la noche". El momento exacto, los lugares e incluso el número de controles en Extremadura es información reservada.

El objetivo de es poner freno al consumo de alcohol entre los conductores y acabar con la "creencia aún generalizada" de que hay que beber mucho para notar los efectos que estas bebidas producen en la conducción. "Incluso en bajas concentraciones, el alcohol implica una reducción de las facultades físicas y, según estudios médicos, aumenta la posibilidad de desangrarse en caso de resultar herido en un accidente", apunta Cristina Redondo, jefa provincial de Tráfico en Cáceres. Redondo cita el aumento del tiempo de reacción, los problemas de visión, la somnolencia, la pérdida de control y la descoordinación como efectos directos de estas sustancias; efectos que pueden "llegar a multiplicar por nueve el riesgo de accidente".

La Federación de Asociaciones de Lesionados Medulares y Grandes Discapacitados Físicos (Aspaym) también colabora en esta campaña de Tráfico. Sus voluntarios acompañan a los agentes en algunos controles para trasladar a los conductores que la bebida y la carretera son incompatibles. Demuestran así, en primera persona y con su presencia, las consecuencias y secuelas irreversibles de los actos imprudentes en la conducción. Su lema es "no corras, no bebas... no cambies de ruedas".

Uno de esos voluntarios es Mario Moñino, de 30 años y natural de Fuenlabrada (Madrid); "aunque mis padres son de Navalvillar de Pela", matiza. Hace cuatro años chocó contra un guardarrail tras caerse de su moto. El golpe provocó que una de sus vértebras se saliera de sitio y le lesionara la médula. Desde entonces su vida está unida a una silla de ruedas y, a la vez, consagrada a una función social: prevenir los accidentes de tráfico. "Si con mi aportación consigo que no ingrese nadie más en Aspaym, me doy por satisfecho. Ya somos muchos y no queremos gente nueva en la asociación. Si alguien quiere venir, que sea solo a visitarnos".

Las consecuencias

Mario da charlas en colegios y es la segunda vez que colabora con Tráfico. "Después de que realiza la prueba de alcoholemia, nos acercamos al conductor, le entregamos un folleto informativo, le pedimos que cumpla la normativa y le explicamos nuestra experiencia. Pretendemos que vean que, después de un accidente, hay muchos tipos de consecuencias que te pueden afectar durante toda la vida", explica. No todos aceptan de buen grado su testimonio, pero son mayorías los que se lo agradecen. "La gente joven es la más pasota. Te dicen: 'has tenido mala suerte, pero a mí eso no me va a pasar'. Olvidan que yo también pensaba igual que ellos".

Desde Tráfico se apela a la sensatez: la de los conductores para que no cojan el vehículo después de haber ingerido alcohol, y la de todos los ciudadanos para no permitir conducir a quien haya bebido. No solo por la sanción administrativa (hasta 500 euros de multa y la retirada de 4 a 6 puntos del carnet por superar la tasa de 0,25 miligramos por litro de aire expirado) o penal (superar la tasa de 0,60 está penado con hasta seis meses de cárcel); si no porque las consecuencias pueden ser mucho más graves. "El alcohol estaba presente en una de cada tres víctimas mortales del 2010", apunta Ignacio Martín. "Debemos ser precavidos. Nada de beber alcohol. Si bebes, hay otras alternativas al coche. Porque son fechas para estar en familia", invoca Mario, dispuesto a seguir en la carretera recordando que "si bebes, no conduzcas".