Las rupturas matrimoniales, de las que el año pasado se registraron en Extremadura un total de 2.246, han descendido en esta comunidad que, además, fue la región con la tasa más baja de disoluciones de matrimonios. Se situó esta en un 2,06 por cada mil habitantes, casi un punto por debajo de la media nacional, que se encuentra en el 3,04.

Pero aún hay más, ya que el año pasado fue el primero en diez años en que las cifras de matrimonios rotos en esta región disminuyeron. Desde 1998, primer año de que se dispone de datos en el Instituto Nacional de Estadística (INE), y hasta el 2006 la tendencia había sido al alza, aumentaban cada año tanto los divorcios como las separaciones, pero el año pasado la tendencia varió. De las 2.433 rupturas matrimoniales registradas en el 2006 --2.039 divorcios, 393 separaciones y una nulidad-- se bajó el año pasado a 2.246 (187 menos), de las que 1.943 fueron divorcios (96 menos), 303 separaciones (90 menos) y ninguna nulidad (una menos).

Expertos en la materia, como el letrado cacereño Juan María Rozas, en cuyo despacho se tramitan numerosas causas matrimoniales, justifican este hecho en dos causas muy concretas, la crisis económica y la mayor madurez a la hora de tomar la decisión de casarse. "La crisis económica, que ya se veía venir desde mediados del año pasado, influye, hace que aquellos matrimonios que no tienen un gravísimo problema de convivencia no rompan la relación al no tener las mismas facilidades para subsistir que en años de más bonanza económica", considera Rozas como primera causa.

Y junto a esta, otra no menos razonada, el que "la gente tiene ya racionalizado el tema del matrimonio y no se lanza tan rápidamente a casarse, sino que prefiere buscar antes otras alternativas, como la convivencia...".

Se trata de un cambio de tendencia --el descenso el año pasado de las rupturas matrimoniales tras nueve años de incremento anual-- que Rozas está convencido de que se mantendrá. "Yo creo que sí, que las cifras seguirán descendiendo en el futuro".

CAMBIO DE OPCION Otra realidad que revelan las estadísticas es que mientras que el número de divorcios --por él se disuelve por completo el matrimonio-- casi se ha multiplicado por cinco --de los 444 que se registraron hace una década se pasó el año pasado a 1.943--, la cifra de separaciones --en este caso cabe la reconciliación-- ha caído en la misma proporción --de 1.385 en 1998 a 303 el año pasado--.

Este hecho, que hace ya tres años muchos pronosticaron que ocurriría, como hiciera para este diario el entonces fiscal delgado del área en Cáceres, Javier Montero, hoy teniente-fiscal de la Fiscalía Superior de Extremadura, ha tenido una causa muy concreta, la modificación en el 2005 del Código Civil y el enjuiciamiento civil que dio lugar a lo que se conoce como divorcio express .

Esta modificación supuso, entre otros aspectos, poder optar directamente al divorcio sin pasar antes por la separación, "algo que lleva a la mayoría de los que quieren romper sus matrimonios al divorcio directo, pues esto reduce los trámites y también los gastos", señala Rozas.

Por su amplia experiencia profesional, el letrado aporta otro hecho constatado, el de que "las personas con convicciones religiosas profundas piden siempre la separación, porque les duele mucho que la ruptura sea para siempre y, además, porque no se atreven a romper un vínculo sagrado; pero el resto se deja asesorar y optan por el divorcio cuando comprueban que es la solución definitiva, que les va a resultar menos costoso y que les va a llevar menos tiempo".

Y en cuanto al perfil de las parejas de las rupturas matrimoniales registradas el año pasado en la región, los datos del INE ponen de manifiesto que, en la mayoría de los casos, tanto en las separaciones como en los divorcios, se trata de hombres y mujeres de entre 35 y 49 años y que llevan más de 20 años casados. En concreto, de las 1.943 parejas que se divorciaron el año pasado en Extremadura, 608 llevaban más de 20 años casados, y de las 303 que se separaron, 129 superaban los 20 de matrimonio.