Uno de los objetivos del sector de la hostelería en Extremadura es que la Administración regional, los ayuntamientos y los colectivos de vecinos accedan a modificar la orden que fija los horarios de cierre de los establecimientos de ocio nocturno. Según esgrimen, la normativa vigente les perjudica, pues el fenómeno del botellón , ligado a las buenas condiciones climatológicas de la región, ha provocado que los jóvenes comiencen a acudir de forma masiva a bares, pubs y discotecas cada vez más tarde.

Pero además, comparada con la regulación existente en las comunidades autónomas del entorno, la normativa extremeña es la más restrictiva. En este sentido, mientras los bares con licencia especial y los pubs de la región tienen que cerrar a las tres de la mañana los viernes, sábados y víspera de festivos --dentro del horario de invierno--; en Madrid disponen de media hora más y en Andalucía y en Castilla-La Mancha lo hacen una hora más tarde. En Castilla y León están redactando una orden para fijar un horario común, ya que hasta ahora cada provincia fija su criterio.

En el caso de discotecas y salas de fiesta, las diferencias son mayores: en Extremadura la hora de cierre está fijada en las 4.30 horas, mientras que en territorio manchego y madrileño se llega a las seis de la mañana y en Andalucía, a las 7.00. Solo para las verbenas y fiestas populares la normativa regional es más generosa.

Además, Andalucía y Madrid han apostado por un horario único para todo el año, mientras que en Extremadura se amplía --entre 30 y 60 minutos, según el tipo de establecimiento-- en los meses de verano --del 1 de junio al 30 de septiembre--. Ocurre igual en Castilla-La Mancha, aunque con mayor retraso de la hora de cierre.