La localidad de Santa Amalia protagonizó ayer una de las imágenes del día. A lo largo de la Historia se han conocido casos en los que los santos eran sacados en procesión por las calles para pedir la llegada de la lluvia para aliviar épocas de sequía. Sin embargo, más raro es lo sucedido ayer en la población amaliense, donde varias decenas de vecinos sacaron en procesión a su patrón, San Isidro, por los exteriores de su ermita.

A las seis y media en punto de la tarde estaban citados los devotos en la sierra, en las cercanías de un crecido río Búrdalo estos días. La voz se había corrido por el pueblo y un número abundante de amalienses acudió a la llamada de esta rogativa.

El paso de San Isidro, soportado por cuatro personas, fue sacado al exterior del pequeño templo, lugar de multitudinaria romería en el mes de mayo. La procesión fue de gran sencillez. Paco, el diácono de Santa Amalia, encabezaba el recorrido tras el santo. Se realizaron cuatro paradas, una por cada punto cardinal. En cada una de ellas, el religioso pronunció un ruego distinto, aunque todos ellos tuvieron en común la petición de cese de las precipitaciones, del granizo y ahuyentar cualquier fenómeno meteorológico adverso para el campo. Entre oración y oración del diácono, los fieles amalienses entonaban cánticos religiosos.

Precisamente, la defensa del campo, el sustento de una población como Santa Amalia, fue el argumento dado por los devotos y devotas que acompañaban la procesión. "Ya ha llovido bastante y nuestros campos no se pueden sembrar así si continúa cayendo agua. Por eso, con fe, hacemos esta rogativa y confiamos que San Isidro nos ayude".