Una inversión de dos millones de euros de la Obra Social de Caja Extremadura ha permitido dotar al Centro de Educación Ambiental El Salugral, ubicado en Hervás, de más medios y de unas nuevas instalaciones sobre una parcela de 50.000 metros cuadrados que ayer fueron inauguradas por el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y el presidente de la citada Caja, Jesús Medina. Esta nueva obra, que se decidió acometer en el 2006 sobre unas dependencias que iniciaron su actividad en el año 1991, ha permitido convertir este edificio en un centro moderno, más amplio y de referencia para toda Extremadura.

Ayer, Fernández Vara manifestó que los jóvenes de hoy "van asumiendo una determinada cultura urbana que necesita de centros como estos no para combatirla, pero sí al menos para equilibrarla", afirmó. Por su parte, Jesús Medina destacó que el centro "simboliza la historia y obra social de la Caja de Plasencia" y significó que desde el año 1991 hasta el 2006 ya han pasado por el centro 12.000 niños de entre 10 y 14 años. Finalmente, destacó que este centro "ha servido de referencia para toda Extremadura y son los jóvenes extremeños los que han contribuido a hacerlo realidad", dijo.

CHOZOS Y PISTAS Las instalaciones constan de un edificio principal, otro de recepción y dirección, catorce chozos habitables y otras instalaciones que albergan talleres, áreas temáticas, pistas deportivas y zonas de recreo. Todas sus dependencias son accesibles para personas con movilidad reducida y los itinerarios internos del centro también pueden visitarse con facilidad.

Los programas de educación ambiental, tanto los que están dirigidos a la comunidad escolar como a visitantes en general están basados en actividades adaptadas a los diversos grupos que puedan visitar el centro. El Aula de la Naturaleza cuenta con paneles expositivos, vitrinas, herbarios, maquetas y material audiovisual sobre la defensa de la naturaleza. Ayer también, durante el acto que contó con el presidente de la Asamblea de Extremadura, Juan Ramón Ferreira, entre otras autoridades, se descubrió una placa y se plantó un árbol conmemorativo.