Es la primera iniciativa autonómica para recuperar una especie emblemática para la actividad cinegética y llegará de la mano de la Federación Extremeña de Caza, la Fundación Artemisan y la Junta de Extremadura. Hay un plan para la tórtola europea y la próxima semana se pondrán en marcha las primeras acciones que se han diseñado y que abarcarán 11.000 hectáreas de terrenos de la zona de Monfragüe y Garlitos, según explicaron ayer los impulsores de este proyecto. Están empezando a llegar los primeros ejemplares de esta migratoria en Extremadura y es el momento de poner en marcha cualquier actuación que permita fortalecer la delicada situación de sus poblaciones.

«A final de año podremos tener un análisis del trabajo que se ha llevado a cabo, pero los resultados del proyecto no se podrán ver hasta dentro de tres o cuatro años. Hay que dar tiempo a la naturaleza», señaló ayer José María Gallardo, presidente de la Federación Extremeña de Caza.

El sector de la caza llevaba tiempo demandando acciones concretas para recuperar especies emblemáticas de la caza menor como la tórtola europea y la perdiz roja. Solo en el caso de la tórtola, las poblaciones se han caído un 40% desde 1996 («la pérdida de hábitat por la agricultura intensiva o el cambio climático han sido factores muy importantes», dice Gallardo) y de hecho en la federación ya acordó el año pasado una reducción del número de jornadas de caza y en el número de piezas que se podían cobrar. La medida se testará también en los terrenos que abarca el proyecto, en los que se mantendrá en una parte sin actividad cinegética, otra con actividad limitada y otra con la actividad ordinaria (tres días). «Queremos demostrar que la gestión es una garantía para la tórtola y que podemos conseguir que su situación se estabilice o se recupere», dice el presidente de la Federación.

La perdiz

En octubre se pondrá además en marcha un segundo proyecto para recuperar otra de las especies señeras de la caza en la región como es la perdiz roja y también otras especies esteparias. «Queremos demostrar que se puede hacer en cualquier zona de Extremadura», asegura Gallardo. La iniciativa se va a llevar a cabo sobre una superficie de 600 hectáreas de fincas de cultivos de cereal en la zona de Llerena en los que está la sociedad local de cazadores Nuestra Señora de la Granada y sobre las que se realizará gestión agrícola: proporcionar alimento, insectos o refugios ante depredadores a las perdices.

En la presentación del convenio, ayer, la jefa del servicio de Recursos Cinegéticos de la Junta, Inmaculada Montero, avanzó que los resultados de estos proyectos serán «muy relevantes» para redactar los planes de especies que contempla el Plan General de Caza, recoge Europa Press.

También el director de investigación de la Fundación Artemisan, Carlos Sánchez, resaltó que con estos proyectos, Extremadura «se pone a la vanguardia» en la gestión y conservación de la tórtola. «La caza no debe ser el problema sino parte de la solución», señaló.