Muchas palabras de compromisos, poca concreción. Una cita más protocolaria que productiva. Fue el resultado del encuentro ayer en Moncloa del presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, con el líder nacional, Pedro Sánchez. Una reunión que se englobaba dentro de la ronda con mandatarios de las comunidades autónomas. Vara acudió a ella con una lista de reivindicaciones y una prioridad clara: un plan especial de empleo «urgente» para la región. Sánchez se comprometió a ello, pero lo condicionó a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Prometió exactamente lo mismo que en Andalucía cuando acudió a la proclamación de Susana Díaz como candidata para las próximas elecciones del 2 de diciembre.

En este sentido, el presidente extremeño subrayó la importancia de que las cuentas nacionales para 2019 salgan adelante, aunque matizó que prefiere que no se adelanten las elecciones generales (una opción que siempre está en el aire).

«RECIBIR EL DINERO» / En cuanto al plan especial de empleo, con 105.244 extremeños en el paro, Vara manifestó: «Se destinará a la formación de desempleados y de ocupados, da igual el nombre y la forma del plan, lo importante es recibir el dinero».

Desde Moncloa, por su parte, emitieron un comunicado en el que pusieron el foco en el tren: «La principal prioridad de Extremadura es el ferrocarril y las inversiones pendientes en este ámbito», reza el escrito. Sánchez ratificó los compromisos con la línea de alta velocidad extremeña: todas las obras acabadas en 2019 y electrificación en 2020. Ese año ya circularán trenes rápidos entre Badajoz y Plasencia. «Pero todo el mundo debe ponerse las pilas ya que aún no hay calendario para el último tramo ferroviario, el que une Extremadura con Oropesa (Toledo) y de ahí pasa a Madrid», recordó Vara.

En la reunión también se aseguró que «el Gobierno de España va a seguir invirtiendo en la línea Mérida-Puertollano y en los trenes convencionales».

Se habló, igualmente, de otra infraestructura para la mejora de las comunicaciones en la región, una reivindicación ya histórica: la autovía Cáceres-Badajoz. Tal y como informaron desde la Junta de Extremadura, «el presidente Sánchez ha transmitido a Fernández Vara la decisión de Fomento de convocar, antes de que acabe este año, la comisión de seguimiento del protocolo de colaboración para la ejecución y financiación de la autovía Cáceres-Badajoz».

Hay que recordar que el pasado mes de octubre la consejera de Economía e Infraestructuras, Olga García, aseguraba en la Asamblea que se trataba de una «actuación necesaria e importante», pero que se haría «a su debido tiempo, cuando se disponga de un marco presupuestario suficiente para su financiación». Ahora se le quiere volver a dar un impulso a este proyecto.

MÁS CARRETERAS / Pero además destacaron la importancia de otras vías que también recibirán impulso: la N-110 Plasencia-Ávila, la N-502 Ávila-Espiel, la autovía A-43 Torrefresneda-Ciudad Real-Valencia (actual N-430), la autovía A-81 Badajoz-Zafra-Córdoba (actual N-432), la autovía A-83 Zafra-Huelva (actual N-435), la variante de Malpartida de Cáceres en la N-521, la variante de Zafra, en la N-432, y la variante sur de Cáceres (conexión A-58 con A-66).

Otra de las cuentas pendientes era el proyecto de regadío de Tierra de Barros. La consejera de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio, Begoña García Bernal, ya ha exigido en diversas ocasiones que sea declarado de interés general y que el Gobierno central colabore en la financiación del mismo, «al igual que ocurre en otros lugares de España». En la reunión de ayer se acordó que se adecuarán algunos de los criterios que ha marcado el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación como condición para participar en su coste.

LA FINANCIACIÓN AUTONÓMICA / Y otro más de los asuntos abordados ayer por ambos mandatarios fue la financiación autonómica. Fernández Vara subrayó que Sánchez conoce los criterios planteados por Extremadura. Algunos de ellos, como el rechazo a la incorporación del principio de ordinalidad, la necesidad de una mayor solidaridad y nivelación y la introducción de más variables como superficie, despoblación, dispersión o envejecimiento, «permitirán el diseño de un modelo que dé respuesta al mantenimiento de los servicios básicos esenciales, como la salud de nuestra familia y la educación de nuestros hijos», incidió el presidente autonómico.