En plena euforia del discurso, con toda la fuerza en la garganta para pedir de nuevo el apoyo para el partido, «voten al PSOE, por favor, si quieren a España», justo en el punto álgido, pronunció: «Este país solo puede estar gobernado por Felipe González... ¡Pedro Sánchez!». ¿Lapsus? ¿Un subconsciente traicionero? «He tenido una conversación con él días atrás», se justificó después Guillermo Fernández Vara. El desliz del presidente de la Junta de Extremadura fue sin duda la anécdota del mitin de precampaña que reunió ayer en el Palacio de Congreso de Cáceres, de nuevo, a los fieles seguidores socialistas.

Otra vez los mismos actores, otra vez el mismo escenario, otra vez la misma función que hace seis meses. ¿Segundas partes nunca fueron buenas? Al igual que en las anteriores elecciones, la precampaña ha arrancado en Extremadura con la visita del presidente del Gobierno en funciones a la capital cacereña. Si bien es cierto que las 1.200 butacas del auditorio estaban ocupadas, esta vez nadie se tuvo que quedar en la puerta, ni hubo que habilitar una gran pantalla en la entrada principal para cientos de personas que ya no cabían. Tampoco Pedro Sánchez tuvo que pararse con ellos e iniciar ahí su mitin. Nada de eso hizo falta en esta ocasión.

CANSANCIO / Hubo lleno, pero no la misma fuerza ni ilusión. Casi no ha dado tiempo a recuperarse de unas elecciones y ya hay otras a la vuelta de la esquina. Se respira cierto hartazgo, cansancio.

Pero ahí estaban ellos de nuevo con el recién creado lema: «Ahora Gobierno, ahora España».

El guión se repitió paso por paso. El primero en subir al escenario fue Luis Salaya, ahora como alcalde de Cáceres y no como candidato. Dijo que él gobierna su ciudad porque ha ganado las elecciones. Parece una obviedad, pero no lo es. Sin mayoría absoluta nunca se sabe los pactos que pueden surgir. En Badajoz también ganó el PSOE, pero el poder se lo reparten el PP con Cs y Vox.

La segunda en tomar la palabra fue Belén Fernández, de nuevo, candidata por el PSOE al Congreso por la provincia de Cáceres y una de las fieles a Sánchez: «Pedro, gracias por resistir», le dijo.

Después subió al estrado Fernández Vara, quien bromeó dicéndole al presidente de España en funciones que debería venir todos los años a la Feria de Zafra «porque siempre hay manifestaciones y esta vez solo han sido vítores y aplausos».

Y cerró el turno de intervenciones Pedro Sánchez, quien le aseguró a Vara que siente «algo de envidia sana por verle gobernar con mayoría absoluta en Extremadura». «Quién las cogiera, las mayorías absolutas», se relamió.

El aplauso más sonado, con el público en pie, se lo llevó cuando pronunció: «Este gobierno va a acabar con el mausoleo del dictador». La exhumación de Franco del Valle de los Caídos entra directamente en campaña.

¿El público asistente? Una media de edad de entre 50 y 60 años, muchos procedentes de pueblos cercanos.

«ENFRIAMENTO ECONÓMICO» / Sánchez también se refirió a lo que denominó el «enfriamiento de la economía». «Ni alarmismo ni autocomplacencia», subrayó. «Los socialistas actuarían con rigor y sensibilidad social y repartiendo justamente la carga, no como hizo el PP durante la crisis», añadió.

Mientras tanto, fuera, rodeando el Palacio de Congresos de Cáceres, otra vez el mismo despliegue policial de seguridad.

También en la puerta una protesta de la plataforma Salvemos la Montaña para volver a dejar claro que no quieren el proyecto de la mina de litio en esta paraje de la ciudad.

Otra vez, la precampaña.