La Consejería de Sanidad estudia incentivar económicamente a los médicos que prescriban principios activos, es decir, aquellos que no hagan constar en la receta el nombre comercial de la medicina, sino su fórmula terapéutica. De este modo, el farmacéutico entregaría al enfermo bien un genérico, en el caso de que existiese alguno con la fórmula indicada, o bien uno de los tres medicamentos con marca más baratos que se ajustasen al tratamiento prescrito.

Según explicó el consejero de Sanidad, Guillermo Fernández Vara, ésta es una medidas que se manejan para frenar el incremento del gasto en medicamentos, que ahora ronda el 10% anual, y que en el 2003 se situará en los 240 millones de euros.

Hace unas semanas, la consejería y los colegios oficiales de farmacéuticos de Cáceres y Badajoz llegaron a un acuerdo que, entre otras cuestiones, recogía la recomendación a los médicos de que recetasen principios activos, y no marcas.

Sin embargo, en dicho acuerdo faltaba la otra parte, el facultativo, que tiene libertad de prescripción. Por tanto, y ya que no se puede obligar al médico a seguir esta recomendación, se estudia pagarle más para que se sume.

Fernández Vara comentó que aún no está decidida la forma ni la cuantía de los incentivos, que será negociada con los representantes de los médicos para incluirla, posiblemente, en el complemento de productividad, donde ya se recogen cuestiones como el número de tarjetas sanitarias de cada facultativo.

El consejero explicó que en este momento la prescripción de genéricos ronda el 5% sobre el total de recetas, mientras que la prescripción por principios activos "es casi inexistente".

Además, apuntó que basar la contención del gasto en medicinas en los genéricos no es suficiente, ya que mayoritariamente se recetan medicamentos más modernos, por ser más eficaces y tener menos efectos secundarios, y que, por tanto tienen aún las patentes de laboratorio en vigor, con lo que no existen genéricos que los sustituyan.

Fernández Vara manifestó que "no es admisible" que el gasto en medicinas crezca por encima del PIB nominal (entre el 5,7% y el 6,4%, según el ritmo de crecimiento económico) "porque no tiene sentido que unas empresas crezcan sistemáticamente por encima de lo que crece la región".

Asimismo, señaló que "la financiación sanitaria, según los acuerdos de transferencias, se incrementa en función del PIB nominal, y si el gasto farmacéutico se va por encima, hay que restar recursos a otros programas para financiarlo".