Pese a las declaraciones vertidas en los últimos días por el director general de Salud Pública, Juan Luis Cordero, parece que el Servicio Extremeño de Salud (SES) trabaja sin fronteras y ajeno a los problemas que se han dado estas últimas semanas en el Norte del país, donde La Rioja se ha negado a prestar atención sanitaria especializada a los pacientes de municipios cercanos del País Vasco por el coste que le supone. La región mantiene acuerdos sanitarios transfronterizos con el Gobierno de Castilla y León y Portugal, lo que permite que medio millar de personas procedentes de estas zonas reciban atención en centros de salud y hospitales extremeños. Según Cordero, esto "implica el problema de quién paga, porque Extremadura es la menos indicada", pero lo cierto es que en el caso de Portugal, es el propio país el que abona la atención de las mujeres que van a dar a luz a Badajoz --2.000 euros por parto-- y en el caso de Salamanca, no se hace porque se considera que el servicio es recíproco.

Cordero agrega además que "esto es un problema que no tiene solución", pero lo cierto es que tanto el Gobierno de Castilla y León como la Federación Extremeña para la Defensa de la Sanidad Pública argumentan que actualmente no hay ningún tipo de problema.

El convenio con Castilla y León se ciñe básicamente a la provincia de Salamanca, y permite a los 200 vecinos del pueblo de Valdelamatanza acudir al médico de cabecera en la localidad cacereña de Aldeanueva del Camino, apenas a cuatro kilómetros de distancia. Según datos del Gobierno de esta comunidad --este diario se los pidió a la Junta extremeña, pero aseguró que "no existían"--, este centro de salud ha atendido 3.000 consultas de pacientes salmantinos desde que se firmó el convenio, en el 2009, hasta 2010. En Atención Especializada, el Hospital Virgen del Puerto de Plasencia ha dado cobertura a 177 pacientes derivados del Servicio de Salud de Castilla y León y a cambio, el Hospital Universitario de Salamanca ha acogido a 198 extremeños.

En este caso, ni el Gobierno de Extremadura ni el de Castilla y León se compensan económicamente por atender a los pacientes de la otra comunidad, ya que el acuerdo considera que el servicio es recíproco. Esto significa que cada autonomía asume el gasto de atender a los pacientes derivados de la otra.

Además del acuerdo sanitario, Extremadura colabora con Castilla y León en otras materias como la lucha contra incendios, la caza furtiva y Educación. De hecho, los niños de Valdelamatanza son alumnos del Colegio Rural Agrupado de Baños de Montemayor de Cáceres.

CASO PORTUGUÉS

El convenio con Portugal, que se ciñe al área del Alentejo y el Hospital Infanta Cristina de Badajoz, es diferente. En este caso no se contempla la Atención Primaria, sino simplemente la asistencia para mujeres embarazadas durante el parto y en Medicina Nuclear, la realización de una prueba para detectar tumores cerebrales. Según los datos facilitados por la Consejería de Salud y Política Social, unas 200 mujeres portuguesas dan a luz cada año en el hospital de Badajoz. Las mismas fuentes aseguraron, antes de producirse las declaraciones de Cordero, que no se contempla ningún otro tipo de atención común con el país vecino.

El expresidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, artífice del acuerdo, ha manifestado a este diario que aquí no se considera que se trate de un servicio recíproco y por ello el convenio establece que el Gobierno luso ha de abonar unos 2.000 euros por parto asistido en el Materno Infantil, "aunque se pagan con retraso". Los alumbramientos de mujeres procedentes del país vecino apenas suponen el 8% de los atendidos en total, 3.000 al año.

Las pruebas diagnósticas en Medicina Nuclear --de cuyo registro la Junta tampoco facilita datos-- sí son gratuitas para el Gobierno portugués, ya que la novedosa máquina con la que se realiza la prueba, un PEC-TAC, costó seis millones de euros y se adquirió con unos fondos europeos que llegaron precisamente por la firma de un convenio sanitario transfronterizo.

Una de las medidas recogidas en el programa electoral del presidente de la Junta, José Antonio Monago, era precisamente fomentar este tipo de acuerdos, que serán objeto de debate en el próximo Consejo Interterritorial de Salud que se celebre.