La Consejería de Sanidad y Dependencia prevé adquirir 16.500 dosis de vacunas frente al Virus del Papiloma Humano (VPH) por un importe de 1.784.640 euros.

Según la agencia Europa Press, en el pliego de condiciones se especifica que 1.360 dosis de la vacuna deberán estar disponibles a lo largo de este año, mientras que el resto, 5.140, serán entregadas entre el 1 de enero y el 30 de abril del próximo año.

Esta vacuna frente al Virus del Papiloma Humano es el segundo año que se incluye en el calendario de vacunaciones de la comunidad. De este modo, se vacunará a las niñas que cumplen 14 años en este curso escolar. La pauta de administración de esta vacuna es de tres dosis, la última a los seis meses de la primera. Referida vacunación frente al Virus del Papiloma Humano se realizará en los centros educativos, por lo que comenzará a administrarse al inicio del curso escolar 2009-2010.

En cuanto al papel causal del virus del papiloma humano en todos los cánceres de cuello uterino, la Junta apunta que ha sido "firmemente establecido" tanto desde el punto de vista epidemiológico como biológico. Asimismo, también se ha establecido la presencia de este virus en otro tipo de cánceres y diferentes patologías.

En esta línea, añade que las vacunas frente al VPH disponibles en la actualidad protegen frente a determinados tipos de virus, los cuales son responsables del desarrollo de la mayor parte de cánceres uterinos, aunque no de todos. Al administrar la vacuna las niñas quedan protegidas frente a una infección por los tipos de virus incluidos en la vacuna.

Para lograr una profilaxis eficaz mediante vacunación se asume que las vacunas deberán administrarse antes de la exposición al virus, por lo que para proteger frente al mayor número posible de infecciones y patologías asociadas al virus la inmunización debe producirse antes del inicio de la actividad sexual, lo cual implica que la población prioritaria para la vacunación son las niñas en edad prepuberal y adolescentes jóvenes.

Por otra parte, la Junta resalta que la vacuna es una medida de prevención primaria frente al cáncer de cuello de útero, así como que es profiláctica, no terapéutica. Por tanto, incide en que los programas de cribado siguen siendo "necesarios" para ofrecer una prevención secundaria a aquellas mujeres que puedan estar ya afectadas por la infección o puedan infectarse en el futuro.

Los programas de cribado de cáncer de cuello de útero basados en la realización periódica de citología, combinada con determinación de VPH, permiten detectar precozmente lesiones precancerosas reduciendo la aparición de casos de cánceres invasores. La vacunación ofrece una medida adicional para reducir el riesgo de infección por VPH y, por tanto, de cáncer de cuello de útero, pero nunca debe reemplazar ni anular la realización de citología como prevención secundaria.