Sereno, contento y con la sensación del trabajo bien hecho afronta sus últimos días al frente de la Universidad de Extremadura el que ha sido su rector durante los últimos ocho años. Segundo Píriz Durán (Villanueva del Fresno, 1963) cierra una etapa y tiene un año para reflexionar sobre su futuro. «Otros rectores se marchan justo a la edad de jubilación, pero a mí me quedan algunos años para eso», ironiza. No descarta volver a la docencia y a la investigación en su casa, la que dirige desde que ganó sus primeras elecciones en 2010 tras otras dos legislaturas anteriores como vicerrector. Ahora afronta sus últimos días en funciones junto al equipo que casi al completo le ha acompañado estos años en la tarea del gobierno. «Ha habido accidentes por el camino y ha habido que tomar decisiones dolorosas que todos conocen, pero la mayoría del equipo ha llegado al final íntegro y estoy especialmente satisfecho y orgulloso».

-¿Cómo se encuentra a pocas semanas de cerrar esta etapa?

-Con la sensación de una persona que ha cumplido con sus obligaciones y ha hecho todo lo que estaba en su mano para que los proyectos que presentamos a la comunidad universitaria en su día se pudieran cumplir y que a pesar de las circunstancias económicas adversas una gran parte de esos proyectos se han cumplido. Y así me voy, sin triunfalismo, con humildad pero con esa satisfacción del deber cumplido y por lo tanto estoy tranquilo y contento. A pesar de haber superado muchos obstáculos, al final prevalece la parte positiva y me voy con el reconocimiento y el cariño de la inmensa mayoría de los compañeros.

-¿Echará de menos esa responsabilidad? ¿Que hará el primer día que llegue el nuevo equipo?

-Tengo un año sabático por delante y en cualquier caso seguiré vinculado a actividades universitarias, sea donde sea, pero siempre trabajando para que la universidad cumpla mejor sus funciones, para que tengamos una universidad en España cada vez más cercana a la sociedad y para que cumpla sus tres principales misiones: docencia, investigación y transferencia de resultados de investigación y, por supuesto, con el compromiso social. También para hacer más internacional nuestro sistema universitario.

-¿Cuál es el mejor y el peor recuerdo que le dejan estos ocho años?

-El mejor fue la semana pasada (cuando recibió la medalla de oro de la CRUE y la placa de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio). Fue un acto con mucha carga emocional, con mi familia y con tantos compañeros de dentro y fuera de la universidad, no se puede pedir mejor despedida. En cuanto al peor recuerdo, ha habido momentos muy difíciles porque además las dificultades económicas nos lo hicieron pasar muy mal, ha habido situaciones dolorosas que mejor no recordar, pero quizás el momento de mayor intensidad fue cuando nos vimos obligados a repetir las pruebas de acceso a la universidad. Lo explicamos bien pero tuvimos una presión mediática excesiva desde mi punto de vista y una falta de respaldo de quien nos tenía que haber respaldado en ese momento y nos dejaron sin apoyo ninguno y en el centro del escenario cuando la UEx no era ni la única ni la principal responsable de esta situación. Pero asumimos la responsabilidad, como siempre, y estuvimos a la altura de las circunstancias.

-¿Esa falta de apoyo fue por parte de la Consejería de Educación?

-Hablo solo de falta de respaldo. Cuando uno se va no es el momento de poner nombre a las situaciones. El que estuvo metido en este asunto y lo vivió de forma objetiva reconocerá que la universidad se quedó sola.

-¿Qué universidad deja? ¿Está mejor o peor que aquel día de 2010 que tomó las riendas?

-Creo que la UEx es hoy mejor que la UEx de hace ocho años. Hay cinco títulos nuevos con una gran demanda que hace ocho años no teníamos, 14 institutos universitarios de investigación que no existían, la UEx está más comprometida porque el Parque Científico y Tecnológico que se creó en 2009 ha tenido una gran expansión en este tiempo y cuenta con más de 1.300 trabajadores y más de 90 empresas de base tecnológica. En estos ocho años hemos hecho más de 5.000 convenios, estamos más cerca de la sociedad y esto no es mérito del equipo de gobierno, sino de los compañeros y compañeras que hacen posible cada día que la UEx sea lo que es. Además, creo que la universidad está tranquila porque este equipo no ha sido sectario, no ha tratado a unos como amigos y a otros como enemigos, nadie se ha sentido perseguido y la objetividad ha reinado. Tenemos cada vez más estudiantes internacionales, se han puesto en marcha enseñanzas bilingues... y creo sinceramente que tenemos una universidad mejor, aunque también podríamos haber hecho cosas que no se han podido hacer y otras hacerlas mejor.

-¿Qué le ha faltado?

-Hemos tenido una caída muy importante a la hora de captar ingresos a través de proyectos de investigación. Eso no depende solo del equipo de gobierno y sé que la Junta ha hecho un esfuerzo importante por compensar esa caída nacional. Estamos intentando captar fondos en la Unión Europea pero todavía no lo estamos consiguiendo al nivel que debemos y eso ha hecho que nuestros grupos de investigación (más de 200) realmente hayan tenido más dificultades para investigar que la que había en época de bonanza. También me hubiese gustado tener más fondos para ayudar a la hora de realizar las prácticas curriculares de los estudiantes, que para mí eran muy importantes antes y especialmente después de Bolonia. Pero realmente no ha habido el dinero suficiente para poder contratar a los profesores suficientes para dar más prácticas, para poder renovar y actualizar equipos en los laboratorios y para tener más medios para el fungible para que esas prácticas fueran de más calidad. Eso es un debe que desgracidamente por la situación económica no se ha podido llevar a cabo, porque tampoco queríamos dejar una deuda al siguente equipo de gobierno, como ya ocurrió hace 15 años, cuando llegué como vicerrector en el 2004.

-¿Cuál es la situación económica?

-Estamos secos, sin superávit pero también estamos sin deudas y eso es importante.

-Lo que sí que ha perdido la UEx son estudiantes, ¿le preocupa este descenso continuado?

-Mucho. Hay varios factores importantes. Uno de ellos es que con la adaptación al Plan Bolonia hubo más títulos de cinco años que pasaron a cuatro que títulos de tres años y eso hace que el tiempo de permanencia en la UEx sea menor, algo que no puedo entender pero es una realidad. Hay un segundo factor que es positivo y es que la tasa de rendimiento académico ha aumentado considerablemente como consecuencia de Bolonia y de pasar los exámenes de septiembre a junio. Al aumentar esa tasa los alumnos pasan menos tiempo aquí. Un tercer factor es que la natalidad sigue cayendo en Extremadura y en todo el país, y el cuarto es la moda de que los estudiantes de esta región sigan en algunos casos prefiriendo irse a Salamanca, Madrid o Sevilla. Hay un efecto salida muy importante que cuesta mucho contrarrestar. Todo eso hace que este año tengamos en torno a 20.000 estudiantes cuando hace cinco años teníamos 25.000, uno de los topes que ha marcado la universidad.

-¿Es este uno de los principales problemas que tiene la UEx?

-Sin duda, pero es uno de los principales problemas de la universidad española porque la inmensa mayoría ha perdido alumnos.

-Hay quien prefiere ahora una FP porque una carrera no es sinónimo de encontrar un empleo...

-Me preocupa que haya un número alto de universitarios que no tengan trabajo o que el puesto que desempeñan no esté ligado a su formación ni tenga una retribución conforme a su nivel. Siempre he pensado que el desempleo es el principal problema que tiene este país y especialmente el paro juvenil. Eso hay que cambiarlo entre todos y de ahí nuestra apuesta por relacionarnos cada vez más con las empresas. Y tenemos que hacer todos una reflexión porque a lo mejor la universidad no es la culpable, a lo mejor es la sociedad la que no es capaz de absorber a los universitarios y buscarles un hueco. Este asunto merece un análisis exhaustivo y consenso, porque resolvemos el paro o se esfuma el modelo del estado de bienestar en el que vivimos.

-La universidad está pasando por momentos delicados tras los escándalos de las posibles irregularidades en másteres y doctorados. ¿Hay corrupción en la universidad?

-Hay mecanismos de control tanto internos como externos más que ha habido nunca, pero de ahí la importancia de la transparencia, la mayor que ha habido nunca en el sistema universitario español. Pero obviamente con 1,5 millones de estudiantes y 118.000 profesores, solo con que el 0,01% no haga bien su trabajo sale en las noticias. Pero puedo afirmar que la inmensa mayoría de profesionales españoles y extremeños son personas honradas, honestas, que les gustan su trabajo y no son corruptas.

-¿Se han tomado aquí medidas especiales tras los últimos casos?

-Estamos trabajando y negociando con el G9 para tener un sistema antiplagio. Esto era algo impensable antes porque, entre otras cosas, no había sistemas informáticos que permitiesen detectar un plagio. Ahora tendremos que pasar los programas antiplagio y extremar las medidas, aunque el buen profesor sabe si sus alumnos copian, no es tan difícil. Pero creo que la gran mayoría de los estudiantes hacen un gran esfuerzo por sacar su título y somos los primeros que nos indignamos cuando otros los consiguen por la puerta falsa.

-¿Cómo están los proyectos de las dos universidades on line que quieren instalarse en la región?

-Es una pregunta que tiene que responder la Junta pero creo que están parados. El Consejo de Gobierno de la UEx hizo una declaración tras examinar exhaustivamente los dos proyectos y dijo que no cumplían los requisitos mínimos y así lo han entendido otras entidades externas que los han evaluado. En este país existe la libertad de crear universidades privadas, no podemos ir en contra de las leyes, pero yo lo que pido es que cualquier iniciativa tenga las mimas garantías de calidad que tiene la UEx y que sus alumnos obtengan un nivel de formación equiparable a otras universidades.

-¿Por qué no está marcha la ley de financiación que ya fue aprobada?

-Lo he pedido en público y en privado. El porqué es cosa de la Junta. La ley tenía la intención de garantizar unas necesidades mínimas a la UEx y luego fondos para infraestructuras y otros por objetivos, pero desgraciadamente nació sin ningún número, sin compromiso financiero con la idea de desarrollarla a través de unas comisiones mixtas pero eso no se ha puesto en marcha y es algo que hay que reclamar porque es una necesidad para la UEx. Me gustaría que el próximo equipo pueda sacar adelante esa ley y que no le haga tener tantas dificultades económicas como ha tenido este equipo.

-Una crítica común hacia la universidad extremeña es la endogamia, ¿qué opina?

-Me parece injusto. Por un lado la ley prohíbe la movilidad de profesores entre universidades sin superar una oposición, es algo que no ocurría antes y creo que se debe recuperar el concurso nacional porque no podemos tener 17 sistemas universitarios. Luego, por otra parte, si se llama endogamia a que la mayoría de los profesores han estudiado en la UEx eso no me parece malo. Si las cosas se hacen bien, hay una buena selección y los docentes están bien formados y salen al extranjero, esa endogamia no tiene por qué ser mala. Creo que hay conjugar las dos cosas, la movilidad por todo el sistema universitario español con una buena selección de docentes formados aquí.

-También hay algunas voces en los campus de Plasencia y Mérida que denuncian sentirse alejados y desatendidos.

-Yo he intentado escuchar a todo el mundo y esos campus desde el punto de vista telemático se han conectado con fibra óptica como el resto. A lo mejor el efecto de la insularidad puede hacer que algunos de los compañeros se sientan alejados pero para mí han sido igual de importantes.

-Una curiosidad de su mandato es que ha tenido que ‘lidiar’ con dos gobiernos regionales dispares, uno del PP y otro del PSOE. ¿Qué sintonía ha habido con la Junta? ¿Hay mucha politización?

-La UEx no está politizada y creo que cuando se ha intentado jugar a politizar la UEx las cosas salieron mal. En nuestro equipo hay personas de diferentes ideologías y eso nunca se ha preguntado. Con ambos gobiernos he intentando ser institucional y muy respetuoso y siempre he tratado de buscar lo mejor para la universidad, estuviera quien estuviera.