La nueva normativa ha sido rechazada desde el primer momento por el sector del granito que entendió que los costes que le van a suponer la contratación de vigilantes privados les suponía un esfuerzo mayor teniendo en cuenta la situación actual en la que el mercado asiático está introduciéndose con mayor fuerza.

El hecho de que en los más de 2.500 minipolvorines (en canteras de piedras) de España no hubiera habido nunca ningún robo, es otra de las razones esgrimidas por esta organización para, en un primer momento, oponerse a este reglamento. Ahora, admiten que haya más controles pero no comparten todas las medidas adoptadas.