La sequía y la escasez de agua embalsada han obligado a restringir los riegos en las zonas del embalse del Borbollón y Rivera de Gata, zonas eminentemente rurales del norte de Cáceres. En ellas, la mayoría de la población vive del sector primario y por tanto los cultivos tienen gran importancia social.

La crítica situación por la que empiezan a atravesar cientos de familias de esas zonas ha sido denunciada por la organización agraria UPA-UCE. Según este sindicato agrario, la falta de agua embalsada impide a los agricultores regar sus tierras. Ante esa situación, que consideran extrema, UPA exige a las distintas Administraciones la puesta en marcha de medidas para compensar las pérdidas que se están produciendo en todos los cultivos por la falta de riego en las explotaciones.

´VIEJO´ PROBLEMA Pero la situación a la que se enfrentan ahora los regantes era de prever, según la organización agraria, ya que recuerdan que la escasez de agua embalsada fue puesta en conocimiento de la Consejería de Agricultura en el mes de junio por ellos mismos y por la Comunidad de Regantes.

En este sentido, reprochan a la Junta que ya entonces no pusiera en marcha medidas para poder atender la demanda de riego de los cultivos de la zona, agravados ahora en el mes de septiembre por sufrir un verano excesivamente seco y caluroso.

RESTRICCIONES La previsión de restricciones de agua --según UPA-UCE-- a estas alturas del año era de que no se podría regar más del 70% de las hectáreas sembradas. Y aunque la temporada de riegos empezó antes incluso de lo habitual, a finales del mes de julio aumentaron las restricciones "porque no había agua suficiente".

Como medida paliativa, esta organización agraria reclama medidas para compensar las pérdidas a las que se enfrentan los agricultores del norte de Cáceres. Entre ellas sugieren la condonación de las tarifas de riego a los agricultores por parte de la Confederación Hidrográfica del Tajo, "ya que no tiene sentido pagar un precio por hectáreas que no se están regando".

Paralelamente, exigen la modernización de la red de riego, "que fue construida hace más de 40 años", lo que a su juicio conllevaría un importante ahorro de agua.

Las primeras estimaciones de UPA apuntan a importantes pérdidas en todos los cultivos, especialmente en maíz, tomate, pimiento, tabaco y praderas.