Mucha serenidad para saber estar cuerpo a cuerpo ante un caballo y una gran afición son, según el herrador de caballos, Ricardo Roselló, dos pilares básicos para toda persona que desee desarrollar con profesionalidad este oficio. La formación es otro aspecto fundamental a incluir, aunque por contra España carece de una Escuela Oficial a diferencia de otros países como Francia e inglaterra donde sí se ofrece a los ciudadanos la posibilidad de formarse durante varios años. No obstante, y a pesar de ese vacío en la formación reglada, los herradores españoles no cesan en su empeño en reciclarse y aprender día a día. "La formación en España es muy justa y hay herradores que empiezan a trabajar sin tener una formación básica y ese es el problema más grande que tenemos", reconoce Roselló, que reside en Tarragona y lleva treinta y cinco años herrando caballos.

Precisamente, hace unos días ha estado en Coria donde ha impartido un seminario dirigido a herradores y propietarios de caballos. La anatomía del caballo y los pasos a seguir en el herraje han formado parte del contenido de su exposición, que ha tenido una fase teórica y otra práctica, esta última con una muestra en vivo en las instalaciones de Merco. "Es muy importante antes de hacer nada, observar al caballo, ver su postura, su posición, si está o no cómodo, y luego ver los cascos si están o no bien cortados y equilibrados, a partir de ahí ya poner la herradura", explica Roselló que apunta que es esencial que un caballo esté bien calzado . "No se trata solo de clavar herraduras, si el caballo está bien aplomado y asentado mejora su capacidad de trabajo y su rendimiento físico", añade.

El papel del caballo en la sociedad ha cambiado con los años. De hecho, pasó de ser un medio de trabajo imprescindible para el hombre en las tareas del campo, a ser arrinconado después por la maquinaria moderna, hasta ser rescatado de nuevo por el mundo de la equitación. Los expertos aseguran que el mercado demanda herradores, eso sí, con una formación que si la logran, tendrán con total probabilidad garantizado un empleo.