El SES asumirá a partir del próximo año todo el proceso necesario para que las mujeres con problemas de fertilidad puedan lograr un embarazo efectivo y a término. El tratamiento ya está incluido en la cartera de servicios del SES, pero hasta ahora la fase más compleja, la de la implantación del óvulo de una donante, se lleva a cabo en una de las dos clínicas con las que la sanidad extremeña tiene concierto y son ellos quienes se ocupan después del seguimiento de la mujer. Esa última fase (la implantación y el seguimiento del embarazo) es precisamente lo que pretenden cambiar a partir de 2019 y para ello comprarán óvulos en bancos de donantes acreditados, que luego se implantarán en el Centro Extremeño de Reproducción Humana Asistida (Cerha) de Badajoz.

La decisión permitirá ahorrar más de 120.000 euros al año al SES, aunque para el director general de Asistencia Sanitaria del SES, Vicente Alonso Núñez, más importante que el ahorro es el hecho de poder realizar todo el seguimiento a estas mujeres, algo que ahora no es posible, y de poder aprovechar todo el potencial del Cerha.

más garantías / «Lo que queremos es que el máximo de mujeres que acudan al Cerha con un problema de infertilidad salga de allí con la garantía de un embarazo viable que pueda llegar a término», dice Alonso. Pero tal y como se lleva a cabo ahora el proceso, mientras la fase de diagnóstico la realiza la sanidad pública, para el tratamiento se derivan a las clínicas privadas, y con ello se pierde en muchos casos el seguimiento de esos embarazos.

«El centro tiene todo lo que necesita, en cuanto a personal y infraestructura para llevarlo a cabo, y unos resultados de éxito de embarazo similares a los mejores centros de España», defiende el director general. La cuestión es que necesita tiempo y material (óvulos de donantes) para llevarlo a cabo. Y eso es lo que se le va a dar.

Para ganar tiempo, sacarán del Cerha algunos tratamientos más básicos que se podrán llevar a cabo en los hospitales a partir de 2019 (por ejemplo los de inseminación artificial); y para conseguir el material, se comprarán ovocitos a bancos de óvulos acreditados (hay varios, por ejemplo en Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana), «a medida de las necesidades que se vayan presentando»; esto es, que si aparece un caso, se compraría un lote de ovocitos (suelen venir de 4 a 6 y cuestan unos 2.500 euros).

todo el proceso / Ahora estos tratamientos se llevan a cabo en dos clínicas privadas de la región y tienen un coste de entre 6.000 y 7.000 euros que el SES sufraga (incluye la implantación de los ovocitos, las consultas con los médicos, el seguimiento del embarazo…).

La propuesta de asumir todo el proceso en las instalaciones del SES supondrá una reducción de costes. Frente a los 6.000 euros que destinan al menos a cada tratamiento ahora, la previsión es que el próximo año gasten unos 15.000 euros para la treintena de casos que se suelen atender cada año. Sería únicamente el coste de adquirir los ovocitos, al asumir el resto del proceso (consultas médicas, pruebas) en las propias instalaciones del SES.

En todo caso desde el SES recalcan que tras los cambios no hay «una cuestión económica», porque el volumen de mujeres que necesitan este tipo de tratamientos no es abultado (en el año 2017 se llevaron a cabo 27 tratamientos y en lo que va de año se han atendido 11 casos) y apelan más bien a que de este modo se podrá realizar mejor un seguimiento de esos embarazos, y además se potenciará el trabajo del Cerha y se garantizará que el servicio se podrá prestar en la región. «Si dependemos de otros centros concertados y cierran, nos podríamos encontrar con la necesidad de derivarlas fuera», dice Vicente Alonso.