El coordinador Docente de Atención Especializada del Servicio Extremeño de Salud (SES), Remigio Cordero, abogó ayer por que el Estado incremente un 10%, como mínimo, el gasto sanitario por habitante en la región. Cordero compareció, a petición del Grupo Parlamentario Socialista, ante la Comisión no Permanente de Estudio sobre la Deuda Histórica, donde abordó los déficits de la sanidad extremeña.

A su juicio, la pretensión de aumentar el gasto sanitario por habitante es "justa y defendible" y apostó por reivindicar en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera que se tenga en cuenta el criterio de la dispersión geográfica y pedir "aquellas pesetas" que no se pagaron a Extremadura antes de que la comunidad asumiera las competencias sanitarias.

El también responsable de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Extremadura reiteró que la región necesita más dinero por habitante no sólo por el "motivo histórico" de lo que se le debe, sino también para mantener la accesibilidad de los ciudadanos, ya que la dispersión geográfica "encarece" la atención.

En declaraciones previas, consideró que el aumento del gasto en un 10% debería hacerse en un período de cinco a diez años. Cordero defendió calcular cuánto ha costado "reequilibrar" la situación, desde el año 2000, cuando se asumieron las competencias sanitarias, a 2003, fecha en la que Extremadura estaba más equiparada a la media nacional.

En su opinión, no está claro en qué momento se puede empezar a cuantificar la deuda histórica y optó por los comienzos de los 80, cuando el número de camas por 1.000 habitantes era de dos en la región y de 3,5 en España. Además, Extremadura estaba entonces "a la cola" en el número de especialistas médicos, apuntó. El déficit sanitario de la comunidad en esos años, teniendo en cuenta los recursos hospitalarios y profesionales, era de entre un 20% y un 30% inferior a la media del país.

Así, señaló que el gasto sanitario en 1984 en España por habitante era de 25.000 pesetas, mientras que en Extremadura se situó entre las 18.000 y las 20.000 pesetas. Navarra multiplicaba por cinco a Extremadura en el número de médicos en formación, apuntó.

A finales de la década de los ochenta, agregó, el gasto por habitante también era "muy inferior" en la región y en 1994 los déficits estructurales en Extremadura fueron "prácticamente iguales". A su juicio, el momento de "fortuna" para Extremadura llega cuando se negocian las transferencias, en el año 2000, momento en que se destinan a la región 927 millones de euros. En 2009, según Cordero, se alcanza el "punto más alto de inversión", con 1.575 millones de euros.

CAIDA DEL PRESUPUESTO A partir de ese año el presupuesto disminuyó debido a que se han solucionado "muchos déficits estructurales", aunque advirtió de que se está llegando a niveles en los que se puede poner en peligro la calidad de la atención. Rechazó que se utilice el criterio del PIB para calcular el gasto sanitario y apostó por que éste sea según "las necesidades y no la riqueza", una idea que compartió la diputada popular Beatriz Villalba.

El parlamentario de IU Pedro Escobar preguntó a Cordero si da por pagada la deuda, a lo que respondió que ésta ha sido sufragada a "costa de no haber podido invertir en otras cosas".

A preguntas de la diputada socialista Ascensión Murillo sobre los equipamientos tecnológicos, Cordero señaló que ahora están "bien", aunque recordó que deben "seguir manteniéndose".