Unas 300.000 recetas se visaron el año pasado en Extremadura, según los datos aportados a Efe por el SES, al afectar a medicamentos sometidos a condiciones especiales de financiación, bien por sus potenciales efectos adversos graves o porque necesitan de medios de diagnóstico que suelen ser del ámbito hospitalario.

De esta cifra, el 80% corresponde a medicamentos autorizados para patologías concretas en determinado tipo de enfermos, como vacunas para la hepatitis B o fármacos para la hipertrofia prostática benigna.

El 18% corresponde a patologías que requieren para su diagnóstico o seguimiento de medios hospitalarios, como medicamentos antineoplásticos, para curar tumores, mientras que el 2% restante son fármacos que pueden presentar efectos adversos muy graves, como algunos que tratan el acné.

Aunque está justificado pedir el visado por el alto coste de un determinado fármaco, porque puede aminorar otras prestaciones, según el SES, los criterios médicos son los habituales, y aclara que en algún medicamento concurren uno o varios criterios.

Los criterios que tiene en cuenta la Ley 25/1990 del Medicamento es la duración y secuelas de las distintas patologías, las necesidades de ciertos colectivos, la utilidad terapéutica y social del medicamento y la existencia de medicamentos ya disponibles y otras alternativas mejores.