Nunca olvidará las palabras de la médica que le confirmó que su padre tenía coronavirus: «Van a caer como chinches, me dijo y yo me asusté muchísimo. Hacía unos días que habían llegado de Benidorm con varias parejas de amigos y se empezó a encontrar mal. Al principio no lo quieres pensar mucho, pero sí llegas a temer que pase lo peor. Y encima sin poder verle ni estar con él», cuenta Loli. La lucha ha sido difícil y sobre todo larga, pero el final, el mejor que se podía esperar. El coronavirus no ha podido con su padre, Pedro Carvajal, a sus casi 79 años y algunos achaques en los bronquios.

El final es nuevo, pero la historia de Pedro seguro que ya la conocen. Hace una semana, este vecino de Villafranco del Guadiana quiso tirar la toalla cuando la quinta prueba PCR confirmó que seguía estando infectado de coronavirus. Él no tenía síntomas ya, había estado ingresado cerca de 30 días en el hospital Perpetuo Socorro de Badajoz y estaba demasiado cansado de estar aislado en una habitación de su casa. «Me dijo que no valía la pena seguir luchando. Él se pensaba ya que no saldría nunca de aquella habitación. No veía la luz por ningún lado y quería tirar la toalla. Para estar aquí encerrado en vida, mejor no estar en este mundo me decía», recuerda su hija.

Entonces los sanitarios del centro de salud de Villafranco del Guadiana (Casimiro Sánchez, Carlos Hernández y Eva María Reino) se lanzaron a Twitter en busca de palabras de ánimo para su paciente. El hashtag #HolaPedro dio la vuelta al mundo, en apenas 24 horas llegaron más de 15.000 mensajes para él a través de las redes sociales y su historia fue trending topic en España y México. «Ha sido tremendo, él no era realmente consciente porque no entiende de redes sociales e internet, pero se ha sentido muy querido y arropado en los últimos días». Esta última semana ha sido clave para él.

El pasado lunes se sometió a su sexta PCR y ayer a las nueve de la mañana ya estaban los resultados en la consulta. «El doctor Casimiro lo llamó pero no cogió el teléfono y luego me llamó a mí», cuenta Loli, que rápidamente transmitió la buena noticia: «Papá que eres negativo, que la PCR ha salido negativa, que ya no tienes coronavirus, que puedes salir de la habitación y abrazar a mamá, le dije. Al principio no se lo creía y luego se puso a llorar como un niño. Qué hartera de llorar nos hemos pegado todos».

Y después de secarse las lágrimas salió por fin de aquella habitación y pudo abrazar a María, su esposa, más de 50 días después. «El primer paseo se lo ha dado por casa incluso con la mascarilla puesta», cuenta Loli. El próximo seguro que en bicicleta, «porque le encanta y está deseando volver a su vida».