"Nunca me planteé que ser madre con 36 años fuera un riesgo, porque si piensas así, no te lanzas". Para la cacereña Gema Moreno, que tuvo a sus dos hijos con 34 y 36 años, la edad nunca fue una preocupación. Es más, detalla: "el segundo embarazo, cuando en teoría el riesgo era mayor, fue mucho más sencillo". Tanto que, a pesar de haber saltado el umbral de los 40, Gema no descarta tener otro hijo.

Si llegara el caso, lo que tiene claro esta madre extremeña es que no se someterá a la prueba de la amniocentesis, que se propone (sobre todo, a partir de los 35 años) para detectar posibles cromosopatías, como el Síndrome de Down. "Nunca me la he hecho y volvería a rechazarla --explica--, porque me plantearía un dilema que prefiero evitar". Otra cuestión que no admite discusión es si repetiría la maternidad más allá de los 30. "Por supuesto, mis hijos son lo mejor que tengo", sentencia.

Y es que tener hijos a esta edad, si bien entraña algunos riesgos, es una cuestión muy meditada y deseada. Así lo constata Goyi Narciso, matrona en Arroyo de la Luz desde hace más de 25 años. "A esa edad, la mujer vive la gestación con mucha ilusión", declara, a la vez que indica que los avances en obstetricia posibilitan que actualmente los embarazos de mujeres que superan la treintena sean bastante agradables y seguros. "Y los hijos muy sanos", agrega.